Todo el grupo: Cuatro y la plataforma. Los Polanco quieren vender: están convencidos de que su influencia depende de El País y la SER, que han fracasado en TV. Al mismo tiempo, La Sexta habla con A-3 TV

En el Clan Polanco se quedaron de piedra cuando su enemigo, el empresario y primer ministro -por ese orden- Silvio Berlusconi, se interesó por comprar Sogecable. Cebrián y el Felipismo tienen en su agenda de caza al atrabiliario primer italiano y éste -la última vez en la Cumbre italiana- le acusó de mentir y de estar en quiebra -lo primero es discutible-.

Pero los negocios hacen extraños comentarios de cama. Ya se han producido los primeros contactos, y aunque Mediaset no habla de precios, PRISA vuelve aunar las referencias de las negociaciones con Vivendi, donde empezó pidiendo 5.000 millones de euros hasta reducir toda la posición hasta los 2.500 millones. Vivendi no estaba dispuesto a ofrecer más de 1.800 millones por lo que las conversaciones se rompieron. Eso sí, en este caso estamos hablando de todo Sogecable, es decir, también de Cuatro, donde también se ha atascado el principal multimedia de España. Ignacio y Manuel Polanco, no así Juan Luis Cebrián, están convencidos de que deben volver a sus orígenes, allí donde mantienen influencia (El País y la SER) y olvidarse de la frívola televisión.

En cualquier caso, todo un compromiso histérico concepto inventado, precisamente, por los italianos, cuando se aliaron el PCI -diga pichí- y la Democracia Cristiana. ¿Se imaginan Tele 5 y Cuatro unidas bajo don Silvio? Nada que temer por parte del oligopolio ni de ZP. Competencia lo aprobaría, porque rozan pero no superan el 27% de cuota máxima que marca la ley y, además, el pacto entre Mediaset y el PSOE sigue vivo: en la programación Berlusconi puede ser todo lo frívolo que quiera y es él quien lleva los números. Ahora bien, los telediarios tienen que estar dirigidos por socialistas y darle coba al Gobierno. Y eso es exactamente lo que hacen.

Por lo demás, llama la atención la italianización de la prensa española, que no conviene olvidar al grupo RSC, propietario de El Mundo, Expansión y Marca.

Y hablando de compromisos histéricos: ¿Qué me dicen de la otra fusión que se negocia en esos momentos, la de A-3 TV y Mediapro? Aunque José Manuel Lara pasa por ser un editor de derechas, su fervor ideológico sólo se deja ver en el último epígrafe de la cuenta de resultados. Puede, perfectamente, fusionarse con La Sexta de los Migueles monclovitas, Contreras y Barroso, y del comunista y anticlerical Jaume Roures. Pues sí, también negocian, aunque está por ver que Onda Cero, filial de A-3 TV, no de Planeta, entre en el acuerdo.

Los negocios fuerzan curiosos concubinatos, según el principio máximo de Groucho Marx: Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros.

Eulogio López

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