El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, respaldó el pasado viernes 29 a Rocco Buttiglione como el candidato italiano a la Comisión Europea. El político democristiano gozaba también del apoyo del presidente del PPE, el alemán Hans Poetering, y del presidente de la Comisión, el portugués, José Manuel Durao Barroso.
Berlusconi lanzaba así un pulso. "Bruselas no va decidir quién es el candidato italiano". Los analistas consultados por Hispanidad, sostienen que, de haber aguantado el pulso, probablemente lo habría ganado, porque el Partido Socialista Europeo no se podía permitir el lujo de mantener la crisis abierta en pleno proceso constituyente. De hecho, había estado a punto de echar pelillos a la mar.
Pero Berlusconi cambió. Y lo hizo motivado por la traición de varios compañeros de partido de Buttiglione. Así que en la noche del viernes 29, donde dije digo, digo Diego. Muy fino, sólo una sugerencia. Lo necesario para que Buttiglione entendiera que no contaba con el apoyo de su presidente y que sería mejor que abandonara su candidatura para no enconar la crisis abierta en las instituciones europeas. El propio Buttiglione niega a Hispanidad.com que Berlusconi le retirara el apoyo, pero reconoce que "no hacía falta": él mismo se dio cuenta.