Bajo Presidencia europea, el rey de Marruecos, Mohamed VI -a quien Garzón pretendía procesar-, plantó a la UE y no acudió a la cumbre entre la potencia europea de 500 millones de habitantes y la monarquía absoluta magrebí.
A continuación, es la propia Bruselas quien anula la cumbre entre la UE y Cuba, más que nada porque el régimen castrista se está pasando dos pueblos en la persecución de la disidencia.
De Venezuela puede decirse algo similar. Chávez nos amenaza mientras Moratinos sigue presa del síndrome de Estocolmo.
Y lo malo es que a Zapatero no le importa hacer el ridículo, es un verdadero especialista en esas circunstancias, pero no le gusta que le pongan en ridículo los demás, por ejemplo, ante sus socios europeos. El autor de El Maquiavelo de León, el periodista Pepe García Abad le define el miércoles, en una espléndida entrevista en La Razón, como un político con un gran olfato para los votos, una gran intuición, algo que nadie puede negarle.