El Tribunal Constitucional ha dado luz verde a Bildu, la coalición compuesta por independentistas y proetarras que ya puede presentar a las elecciones municipales del 22-M. Era lo esperado dentro del Paripé ETA de que hemos venido hablando en Hispanidad. En este caso, el paripé del Gobierno Zapatero ha constituido en mostrar una aparente dureza con Bildu desde la Fiscalía que controla, previendo lo que ha ocurrido: que el Tribunal Supremo diría no y el Tribunal Constitucional -órgano controlado por el PSOE- diría sí.
Y es que el informe presuntamente anti-Bildu de la Fiscalía aludía al fondo de la cuestión... sabiendo que el TC no iba a entrar en el fondo sino en la constitucionalidad o no de la plataforma abertzale.
Al final, Bildu estará en las elecciones y así se consigue que el PNV apoye al Ejecutivo en el Parlamento y, de paso, que ETA vuelva a estar presente en las instituciones vascas y se financie con dinero público.
De inmediato, en el PP se han planteado la posibilidad responder a la legalización de Bildu, forzada por el Gobierno Zapatero, con una ruptura en el pacto de legislatura que tienen con el PSE de Patxi López. No se atreven y eso que no están en el Ejecutivo de Vitoria y lo único que hacen es apoyar en la cámara autónoma.
En cualquier caso, lo que demuestra el caso Bildu es que la Justicia debe reformarse desde cero. Cuando todo el mundo sabe lo que va a sentenciar un Tribunal porque ese tribunal está hiperpolitizado, es que algo no funciona. A mí sólo se me ocurre como alternativa la justicia popular -elegida por el pueblo- y potenciar el papel del jurado. Pero podríamos empezar cargándonos el Tribunal Constitucional. Además, nos ahorraríamos un dinero.
La segunda lección es que la España cainita nunca saldrá de la crisis, ni de la crisis moral ni de la económica. Cuando el PSOE está dispuesto a hacer todo tipo de concesiones a los nacionalistas con tal de mantenerse en el poder, y cuando nacionalistas de raíz democristiana como CIU o PNV, están dispuestos a ceder en la aberrante política del PSOE sobre principios básicos, como la vida, la familia, bien común o la libertad religiosa, a cambio de mayores cuotas de poder, es que algo falla en la política española. Para ser exactos, sólo falla una cosa: los políticos. Por cierto, ¿se han fijado en la veteranía de nuestros cargos públicos? La mayoría de ellos son profesionales de la cosa pública y del salario público, ya estaban en política cuando la Transición. Y algunos antes.
Eulogio López
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