La Justicia ha dictaminado en Cataluña algo del más elemental sentido común: en una sociedad bilingüe la educación también debe ser bilingüe y nuestros hijos deben tener asignaturas tanto en un idioma como en el otroEsta apuesta por la convivencia de las dos lenguas en la escuela me parece sensata y mucho mejor que la inmersión monolingüe sólo en catalán que pretende imponer el nacionalismo. La verdad es que ya cansan las amenazas, los chantajes, el teatro y el show que montan los nacionalistas catalanes cada vez que la Justicia no dice lo que ellos quieren. En un Estado de Derecho serio las sentencias se acatan y cumplen. Punto. Tantas excusas y tantos paripés teatrales cansan y sobran.
Francisco Gombau