Como socio industrial figuraría Verizon, de cuya filial de móviles Vodafone posee un 45%. Sería la venganza norteamericana contra la empresa radicada en Londres. Los oferentes alegan que el monocultivo del móvil se ha demostrado un error. El Ceo de Vodafone, Arun Sarin, aún no ha logrado pacificar la compañía, pues John Mayo insiste en influir en la gestión. Por otra parte, la capitalización de Vodafone aún es hoy menor que en 2004 y continúa en números rojos
En euros, al terminar el ejercicio 2004, Vodafone valía 92.603 millones de libras. Dos años y medio después, el viernes 8 de junio, su capitalización era de 84.572 millones. Más alta que los 76.330 millones con los que cerró 2005 y de los 74.663 de 206, pero, a pesar de su crecimiento acelerado, con compras en los cinco continentes, todavía vale menos que en 2004. Y eso que durante su último ejercicio fiscal, cerrado el pasado 3 de marzo había reducido sus pérdidas… pero seguían siendo pérdidas.
Hasta ahí la cifras. Existe, además, otra razón, de índole cualitativa: el fracaso de la telefonía móvil frente al avance de las operadoras integradas. Vodafone optó por la Internet móvil, pero se ha encontrado con que la tecnología está preparada pero los márgenes no. Ahora se llevan los operadores fijo-móvil, y Vodafone sólo es móvil.
Tercera cuestión: la pelea entre la joven y la vieja guardia, es decir, entre Arun Sarin y los hombres de John Mayo, a quien Hugo Dixon dedicaba el siguiente comentario.
Pues bien, esas tres razones han convertido a Vodafone en una operadora especialmente opable. Naturalmente, quien estudia la operación son fondos de capital-riesgo (cada vez menos distinguibles de los ‘hedge found'), en concreto el conocido como el fondo de capital-riesgo más grande del mundo: Blackstone, entidad norteamericana cuyo representante en España es Javier Aguirre, un antiguo ejecutivo del Banco Exterior, y responsable de Telefónica en Chile y Perú. Estamos hablando del fondo que ha enervado a Wall Street con su anuncio de salida a bolsa.
Ahora bien, la operación, aún en fase de análisis, si hemos de hacer caso al propio fondo, se plantea, ya de entrada, según las normas habituales: ir en compañía de otros fondos y, lo más importante, de un grupo industrial, de alguien del sector.
Y aquí surge la sorpresa. Porque en quien se ha pensado es en Verizon. Ante todo, recordemos que Vodafone posee el 45% de la operadora norteamericana la segunda de EEUU (por detrás de ATT) Verizon Wireless, pero los norteamericanos nunca se han sentido una filial de Vodafone, Ahora estarían dispuestos a devolverle la moneda, en una operación similar a la planteada por TPG y British Airways en el caso de Iberia.