Evo Morales arremete contra Repsol YPF para tapar el escándalo Alvarado. Un informe confidencial al que ha tenido acceso Hispanidad, revela todos los chanchullos del hombre clave en todo el proceso nacionalizador. El problema no es que el gobierno de La Paz carezca de técnicos, sino la corrupción reinante en YPFB. Tanto el gobierno español como el brasileño no están dispuestos a perder dinero abandonando el país. Bolivia no representa ni el 1% de los beneficios de Repsol, pero supone el 15% de sus reservas
Las cosas no cambian cada día en La Paz: cambian cada hora. Tres días atrás, la vicepresidenta primera del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se ponía en contacto con su buen amigo Evo Morales para advertirle que la fiscalía boliviana continuaba deteniendo a directivos de Repsol. El muy revolucionario presidente respondía absolutamente sorprendid ¿cómo es posible?, al mismo tiempo aseguraba que iba a enterarse de lo que ocurría. 24 horas después, la situación se invertía: Evo Morales exigía la dimisión de Jorge Alvarado, presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Era un cese encubierto de dimisión, sí, pero Morales insistía en que Alvarado era un hombre incorruptible.
El cese es clave, dado que Alvarado es la pieza básica de todo el proceso nacionalizador que precisa dinero y técnicos especializados, y no basta con los que le envía el venezonalo Hugo Chávez, que también anda escaso de especialistas en petróleo por la sencilla razón de que en tres años ha despedido a 16.000 obreros de Pedevesa, seguramente por su carácter reaccionario.
Pero la trama de corrupción de YPFB en general y de Jorge Alvarado en particular es más profunda de lo que parecía. Hispanidad ha tenido acceso a un informe de una consultora que trabaja para compañías petroleras presentes en Bolivia. No tiene desperdicio, ni el minucioso relato de los hechos ni los perfiles de los protagonistas de la trama. Con este informe se entiende, además, que la brasileña Petrobrás, y el propio Lula da Silva, estén tan enfadados con el gobierno de Evo Morales.
Por lo que hace a Repsol YPF, unos pocos datos sirven para enmarcar su situación en el revolucionado y revolucionario país andino. Repsol ha invertido 1.100 millones de dólares en Bolivia, que hasta el momento sólo representan menos del 1% de sus beneficios. En esa situación, ¿por qué no abandona Bolivia? Pues muy sencillo, porque los contratos firmados con el gobierno boliviano, y que exigirán inversiones muy superiores a la mencionada, representan el 15% de las reservas totales de petróleo y gas de la compañía española.