Elegante drama romántico que tiene como escenarios los fogones de un restaurante de lujo y los profesionales que en ellos cocinan.
Dani es un ambicioso cocinero español que acaba de conseguir trabajo en Zurich, en el prestigioso restaurante de Thomas Merckele, uno de los más famosos chef del mundo. Entre fogones, y en medio de un estresante ritmo de trabajo, traba amistad con otro chef: Hugo y con la atractiva sumiller: Hanna. Pero pronto la amistad con ésta se convertirá en una historia de amigos que se besan
Película de personajes, en la que prima la palabra sobre la acción y donde nadie desentona con interpretaciones llenas de matices, Bon appétit asombra favorablemente porque, dentro del cine español, estamos muy poco acostumbrados a contemplar largometrajes narrados con sensibilidad y sin concesiones previsibles. Esto se traduce en que resulta muy agradable este drama humano que afronta temas como la sinrazón de anteponer la profesión a la vida personal o los peligros provocados por la ambición. En el mismo también queda bien reflejado cómo un líder o un jefe dictatorial puede envenenar un ambiente de trabajo. A más a más, este drama dirigido por David Pinillos reivindica que la vida es impredecible y que, por lo tanto, es complicado etiquetarla o ponerle corsés de ningún tipo, hay que improvisar continuamente. Filmada en localizaciones exteriores tan diversas como Zurich, Munich o Bilbao, sigue la estela de filmes agridulces cuyo escenario se encontraba en los fogones como ocurría con la encantadora Deliciosa Martha, en la que, como en Bon Appétit, comprobamos la rapidez y el estrés con el que se trabaja en una cocina de un restaurante de lujo.
Para: Los que quieran ver una película española elaborada con matices