No le ha gustado nada al ministro de Defensa, José Bono, la información que El País publicaba en apertura de su edición de este martes. El diario independiente de la mañana informaba de los planes de Bono que recortar los puestos de oficiales para adecuarlos a la nueva dimensión del Ejército español, ya saben, esa ONG armada.
La decisión parecía lógica. No tenía sentido seguir manteniendo una estructura de mandos para un Ejército con mucha menos tropa y marinería. Demasiado jefe y poco indio. Pero claro, el recorte de puestos de generalato y coronelato, disminuye las posibilidades de promoción, así que probablemente la información habrá sabido a cuerno quemado a los oficiales.
Y como muestra de que la información del El País no había salido del mismo Bono, el ministro salió de un acto con malos modos y sin entrar a las alcachofas que tanto le gustan: las de la radio. No tengo nada que decir, es todo lo que dijo. Conclusión: El País trata de hacer daño al pobre Bono. La estrategia es fácil: colocar chinitas en los zapatos para tratar de atemperar las ansias presidenciales de quien cruzó el Tajo y se quedó a ocho votos de Zapatero. Ya no se le escucha aquello que en su momento dijera a Hispanidad: No hay un ministro capaz de negarle nada al ministro de Defensa. Los palos le hacen más humilde. Y los que te rondaré. Agárrese, don José, que don Jesús viene con el acelerador pisado y las curvas son legión.