Don Belmiro de Acebedo es un viejo conocido de los inversores españoles. El propietario de Sonae, una de las grandes fortunas portuguesas nunca había pasado tanto tiempo en España, o al menos nunca había concedido tantas entrevistas a medios españoles. Quizás porque los minoritarios de Tafisa sienten vivos deseos de correrle a boinazos por la Gran Vía, y D. Belmiro es hombre de paz. Son los mismos accionistas que están dispuestos a llevarle a los tribunales, tanto a él como a D. Emilio Botín, presidente del banco, dado que sin la curiosísima valoración del precio de Tafisa realizada por el Santander, don Belmiro no habría podido comprar duros a cuatro pesetas ni euros a 50 céntimos.
Pero es que don Belmiro necesita crear opinión en España, por la sencilla razón de que se ha metido en la operación de su vida: una OPA sobre Portugal Telecom (PT) a un precio tan ridículo como el que ofrece a los minoritarios de Tafisa: 9,5 euros por acción.
Como se sabe, los portugueses aceptan que cualquier empresa de cualquier país compre una de sus perlas empresariales con tal de que la mencionada empresa no sea española. Así, el Gobierno Sócrates acepta que don Belmiro, apoyado por France Telecom (FT), se quede con PT y a precio de risa siempre que el vencedor no sea Telefónica, a pesar de que sería el comprador lógico, y a pesar de que posee el 10% de PT y el 50% de la brasileña Vivo, y a pesar de que don Belmiro. Total, que don Belmiro pretende al menos estas tres cosas:
1. Mandar en PT a pesar de que sea FT quien ponga el dinero y lleve el negocio.
2. Que Telefónica le compre Vivo y a muy buen precio.
3. Que quede bien claro en Portugal que él no ha beneficiado a Telefónica en ningún caso.
Y todo esto a nadie debería extrañar. Lo que extraña es que el Santander apoye con tanto entusiasmo a dos empresas (FT y Sonae) que lo único que pretenden es fastidiar a la teleco de bandera española. A ver si va a ser por dinero