El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha seguido los consejos de su asesor económico, Miguel Sebastián: con banqueros y empresarios, cuanto más lejos, mejor. Lo cual no significa renunciar a que un grupo de empresarios de total lealtad, más bien de segundo nivel, mantengan una relación fluida con Presidencia del Gobierno. Eso siempre resulta útil. Pero nada de favores personales. Esas cosas se hacen a final de legislatura, poco antes de retirarse.

 

Sin embargo, Sebastián tiene entre ceja y ceja a Francisco González, presidente del BBVA, quien le echó con cajas destempladas de la entidad vasca, e incluso tuvo la osadía de afirmar que se había ido por propia voluntad.

 

Además, en toda Europa se están replanteando los límites legales para competir, y las cuotas máximas están bajando al ampliar el marco de cómputo a cajas de ahorros y cooperativas de crédito, o bien a todo el mercado de la Unión Europea. Sí, el SCH puede comerse al BBVA. Está por ver si FG se rendirá sin luchar. Porque si lucha, el proyecto es inviable.