Botín quiere reinventar la banca privada para no meterse en todos los charcos... en los que está metido hoy. También habrá cambios en Iberoamérica. Gabriel Jamarillo le puede tocar el peligroso Sovereign, mientras Marcial Portela pierde comba en Brasil. Continúa la bronca con el Gobierno, mientras el banco trata de reducir riesgo en el negocio inmobiliario y constructor. En baja los responsables de banca personal y gestión de activos: Javier Marín, Joan-David Grimà y José Manuel Maceda.
La estrella emergente en el Santander es Magda Salarich. Hoy consejera de Banif, Emilio Botín quiere que entre en el Consejo de la casa madre sin que por ello deje de ocuparse de Santander Consumer, especialmente fuerte en Alemania, esa financiera que constituiría el ideal de don Emilio: un banco que sólo presta, tener que atender a depositantes, siempre tan molestos, especialmente los de banca personal, o personalizada, o privada, o como los quieran llamar.
Precisamente ha sido el desastre de la banca privada -Madoff, Lehman, bancos islandeses, Atrium- los que han situado al Santander en su cota más baja de popularidad y han hecho añicos su imagen. Reclamaciones, demandas judiciales y manifestaciones a las puertas, sobre todo, de Banif su banca privada. Y por si fuera poco, el BBVA le ha superado en fondos gestionados. Total, que Botín prepara una pequeña revolución de directivos en el Santander: quiere reinventar la banca privada, y los responsables de gestión personalizada están en baja: su mano derecha, Javier Marín, el consejero delegado de Banif, José Manuel Maceda, etc. Injusto, por cuanto la primera línea no se toca, que don Emilio ya es muy mayor y no le agradan los cambios: Ni el consejero delegado, Alfredo Sáenz, responsable máximo de Banif, ni Francisco Luzón, ni los hermanos Rodríguez Inciarte, etc., salen trastabillados.
En Iberoamérica, Marcial Portela está en baja. Brasil no marcha como se esperaba y la B de los bric comienza a crecer por debajo del 2,5%. De Estados unidos mejor no hablar: allí va a mandar don Emilio a Gabriel Jaramillo, el hombre que arregló Colombia, al mismo que lanzó Brasil... y al que nunca se le ha reconocido su méritos.
Y todo esto en medio de la refriega con el Gobierno. El Ejecutivo, y especialmente el ministro de Industria, Miguel Sebastián acusa al Santander de estar metidos en todos los charcos de apalancamientos: Sacyr, Acciona, ACS, Reyal Urbis, Metrovacesa, etc. del sector inmobiliario y financiero. Y también le acusa de no traspasar las empresas la liquidez que inyecta le Ejecutivo, a lo que Botín ha respondido con una enorme campaña de prensa.
En cualquier caso, y dado que a los damnificados de Banif no se les ha hecho caso, da la impresión de que se pretende que todo cambie para que todo siga igual.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com