• Los brasileños, indignados ante la corrupción, el despilfarro y las subidas de impuestos para pagar los eventos deportivos.
  • Los políticos brasileños empiezan a hacer gestos: el Senado de Brasil aprueba el proyecto de ley para calificar como "crimen hediondo" la corrupción.
  • El Gobierno de Rousseff dice que garantiza la seguridad para la JMJ, pero...
Siguen las protestas en las calles de las ciudades más importantes de Brasil contra la corrupción política y contra las subidas de los precios de servicios básicos como el transporte.

Ayer miércoles, justo antes del partido de fútbol de semifinales de la Copa Confederaciones que disputaron las selecciones de Brasil y Uruguay, al menos siete personas resultaron heridas y 24 fueron detenidas en los alrededores del estadio de Mineirao, ubicado en la ciudad brasileña de Belo Horizonte, por los enfrentamientos y disturbios. Y eso que había desplegados un total de 5.567 policías y 1.500 militares alrededor del estadio.

Porque una de las cosas que más indigna a los brasileños es el dineral gastado para acondicionar los estadios y las infraestructuras para esta Copa Confederaciones y para el mundial de 2014 y las Olimpiadas de 2016, que también se van a llevar a cabo en Brasil; así como los efectos sobre los impuestos de tales eventos.

Por eso, un cartel que colgaba de un puente decía "FIFA vuelve a casa", en referencia a la federación que gobierna el fútbol internacional.

Recordemos que las protestas comenzaron el pasado 6 de junio de forma pacífica en Sao Paulo por la subida del precio del transporte público de 3 a 3,20 reales, pero luego se extendieron a las mayores ciudades brasileñas. No obstante, la violencia en las protestas nunca está justificada.

Ante la marea de indignación, los políticos han decidido hacer algunos gestos. Por ejemplo, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff (en la imagen), ha propuesto la celebración de un referéndum que siente las bases de una reforma constitucional en la que se planteen, entre otras cuestiones, la mejora de los servicios públicos y la lucha contra la corrupción.

Pero los principales partidos políticos de la oposición brasileña han rechazado este plan al considerar que se salta al Congreso, ya que posee la competencia exclusiva para convocar un plebiscito y reformar la Constitución, y han presentado su propia 'hoja de ruta'.

Por su parte, el Senado de Brasil ha aprobado este miércoles el proyecto de ley para calificar como "crimen hediondo" la corrupción, en el marco de la oleada de manifestaciones que recorre el país sudamericano desde hace semanas en demanda de mejoras sociales. El proyecto de ley impide que los acusados sean liberados mediante el pago de fianzas, y que aumenta la pena mínima que puede ser impuesta a responsables por delitos como el desvío de recursos públicos.

A todo esto, se acerca la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013, que se llevará a cabo del 23 al 28 de julio con la participación del Papa Francisco. El Gobierno de Brasil ha garantizado la seguridad para el evento. Pero Brasil es uno de los países con mayor inseguridad ciudadana de Iberoamérica. Otra razón por la que pueden protestar los brasileños. Y a ello se añade la actual situación de disturbios públicos. Esperemos que en la JMJ todo vaya bien, pero...

Brasil es un gigante que está despertando pero se ha dado cuenta de que tiene los pies de barro.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com