Dice Florentino Pérez que las relaciones entre el empresariado español y las dos principales centrales sindicales es modélica. O no. En cualquier caso, las relaciones no están exentas de tiranteces. Méndez, Fidalgo y Cuevas fueron incorporados como socios de honor a la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) el pasado martes. En sus discursos, Cuevas dijo lo esperable: para nosotros la comunicación siempre ha sido muy importante e incluso hemos apoyado a las empresas para que emprendan ese camino de transparencia.
Por su parte, Fidalgo señaló que los sindicatos están en manos de los periodistas económicos a los que agradeció su labor pedagógica en elevar la cultura financiera de España. Méndez fue en línea parecida, aunque señaló que los periodistas conocen muy bien la situación económica, porque ellos mismos saben las dificultades contractuales de su situación laboral. Además, reconoció que la relación entre la UGT con la prensa es una relación anticíclica: Cuando nosotros queremos hablar, ellos tienen otras preocupaciones, cuando ellos nos piden declaraciones, nosotros no siempre estamos en disposición de hablar.
Pero la bronca más interesante fue la sostenida entre Del Rivero y Méndez. Del Rivero había defendido la necesidad de recortar el impuesto de sociedades para mejorar la productividad. Me he dado cuenta Luis que los empresarios sois insaciables, señaló Cándido con sorna y humor. Pero además, Del Rivero había defendido también que las empresas fueran cinco pasos por delante de la legislación sobre prevención de accidentes laborales y los sindicatos cinco pasos por delante de las empresas. Méndez, más humilde, propone que las empresas den un solo paso : Hacia el centro de gravedad del problema: la cultura de prevención.
Méndez cogió los sucesos de Granada como argumento dialéctico. Y el caso Granada es utilizado en todos los foros donde asiste para lanzar una andanada contra las subcontratas. Del Rivero trató de ponerse la venda antes de la herida, pero no fue suficiente, porque Méndez arremetió con fuerza.
Llamativo que el discurso sindical más puro fuera pronunciado por Méndez y no por Fidalgo. Como ya hemos señalado en varias ocasiones, Fidalgo se presentó ante los socios de la APIE con corbata y Méndez descamisado. Y por cierto, anécdota graciosa: en la foto de familia, se colocaron es de suponer que sin planearlo- por orden de altura. Fidalgo-Méndez-Cuevas. Como los hermanos Dalton, pero en diálogo social.