El indicador sintético de actividad es un resumen de indicadores adelantados con el que cuenta el Ministerio de Economía. Fue el indicador que Pizarro le echó en cara a Solbes para justificar que el Gobierno sabía de la crisis que iba a venir mientras jugaba a evitar pronunciar la palabra maldita. Pues bien, ahora parece que el citado indicador se ha dado la vuelta. ¡Albricias y pan de Madagascar para los brotes verdes que pretende Economía.
Más en concreto, por primera vez en dos años, la cifra de hipotecas en noviembre ofreció tasas positivas. Con todo, el optimismo es bastante débil. En primer lugar porque ni se traduce ni se traducirá en empleo en muchos años. El propio Corbacho reconoce que superaremos ampliamente los 100.000 parados en enero. Las cifras oficiales se situarán por encima de los 4 millones de parados.
Pero es que además, la espada de Damocles sigue pendiendo. Y se llama ladrillazo. La Asociación Hipotecaria cuantifica la deuda de los promotores en 325.000. Las entidades financieras la han refinanciado, pero si el mercado no se dinamiza, tendrán que provisionar. Las agencias de calificación son conscientes de esa contingencia y podrían rebajar el rating de nuestros bancos. Nueva catástrofe. Porque los ladrilleros que han hecho pingües beneficios en el pasado, se niegan a vender a pérdida. He aquí el problema: no asumir la realidad de que el mercado ajusta en términos de valoración. Y mucho más de lo que ya lo ha hecho. Así que optimismo, sí, pero sin echar las campanas al vuelo.