A Antonio Brufau, el presidente de Repsol YPF está animando una fusión amistosa entre Gas Natural, la empresa que antes presidiera, y la eléctrica Unión Fenosa, que preside Antonio Basagoiti. GN ya posee el 6% del mercado eléctrico, pero el avance es necesariamente lento, y sumar la cuota del 14% de Fenosa sería todo un avance. Además, GN es el principal intermediario español de gas y puede aumentar la generación prevista por Fenosa.
Atrás queda la opción de Endesa, la primera eléctrica española, que desde la entrada en su capital de Caja Madrid, con un 10%, ya resulta inalcanzable. En Endesa La Caixa puede cooperar con Caja Madrid, nada más. Pero Fenosa, a la que siempre consideraron un bocado de segunda, es ahora el más deseado.
Eso sí, la idea ha partido de Brufau y no gusta a Salvador Gabarró, presidente de La Caixa y de la propia Gas Natural. Gabarró mira de reojo al presidente de la petrolera. Durante su primera rueda de prensa como presidente de GN a punto estuvo de torcer el gesto cuando un periodista le preguntó si era un presidente de transición. Quizás por ello, no dudó en recalcar que no preveía fusiones a lo largo de todo el año.
Pero es que las cosas están cambiando aceleradamente en todo el sector en general y en Fenosa en particular. Por una parte, el ministro de Industria y Energía, José Montilla, está más que desilusionado con el redactor del famoso Libro Blanco de la Energía, el profesor José Ignacio Pérez-Arriaga. Ya se sabe que los políticos crean Comités de Sabios para tener alguien a quien echarle la culpa si las cosas vienen malas dadas. Pues bien, esta vez el sabio ofrece más diagnósticos que terapia. En otras palabras, como se dice en el sector: El libro blanco se puede quedar en blanco.
Al mismo tiempo, en el mundo entero se está replanteado el sector energético. Por una parte, China, Rusia y Estados Unidos aceleran sus programas nucleares, mientras Europa continúa basando su abastecimiento en el gas y en el Protocolo de Kyoto. Pero, en cualquier caso, cada vez son más los convenios de que su país tiene que tener asegurado su abastecimiento energético y que para ello se necesitan grandes unidades de producción.
Por otra parte, en Fenosa se está dando un interesante movimiento accionarial, paulatino pero clave. Así, Caixa Galicia ya posee más del 8% del capital, Caixa Nova y la Caja de Ahorros del Mediterráneo han subido hasta el 4% per capita y el Pastor continúa instalado en el 3.7%. Total, un 20%, mientras el socio principal, el banco Santander, no alcanza el 23%. Incluso, atención, hay una caja andaluza que ha ofrecido comprar un 6% del capital. En otras palabras, puede que Emilio Botín, empeñado en vender sus participaciones industriales, no sólo disponga de la italiana ENEL (ahora más interesada en Iberdrola que en Fenosa) como posible postor, sino también de un número de cajas de ahorros españolas.
Además, si fuera Gas Natural quien comprara su paquete al Santander, Fenosa habría entrado en la órbita de La Caixa. Eso sí, a lo mejor la identificación inmediata entre el presidente de Repsol y La Caixa es más compleja: a nadie se le oculta en Barcelona que Brufau, desde que presidente Repsol YPF está un poco más alejado de cuando dirigía todo el grupo industrial de la entidad catalana.
Por otra parte, las dos empresas han presentado buenos resultados con cargo al primer trimestre del año. La facturación de Gas Natural se incrementó un 27% y su beneficio neto creció un 10 (238 millones de euros en cifras absolutas). Por su parte, Unión Fenosa presentaba en la mañana del jueves un beneficio neto de 126 millones de euros, un 14,3% más que durante el mismo período del ejercicio anterior. Ni que decir tiene que por muy amistosa que se pretenda la fusión el resultado final sería una absorción de Fenosa por parte de GN.