Considera que la el sistema de traducciones para el Senado defiende un valor más importante que lo que importa el gasto en estos momentos de crisis.
El ministro de Justicia ha defendido este martes el actual sistema de autonomías y de paso, ha criticado al expresidente Aznar tras las declaraciones de éste que tanta polvareda han levantado. Por ello no ha dudado en afirmar que Aznar no creía en el título del Estado de la Constitución y por ello defiende el centralismo. Pero para Francisco Caamaño se pueden encontrar mecanismos para evitar duplicidades, respetando el espíritu de la Constitución.
Y es que para el ministro de Justicia, las autonomías han sido claves para España, al punto de afirmar que las dos únicas constituciones democráticas españolas han tenido en cuenta este espíritu autonómico y no ha perdido la oportunidad para repetir el eslogan que existía en mitad de los años 70 que decía: libertad, amnistía y estatuto de autonomía. Lo que no ha aclarado es cuál es la otra Constitución española democrática (dando por hecho que la segunda es la actual). Porque si es la de 1812, esa defensa de la autonomía llevó a un cantonalismo que hizo que Cartagena se declarara independiente; y si es la de 1931, llevó a la declaración de independencia de Cataluña y a la Guerra Civil, por lo que tampoco ha sido un espíritu muy reconciliador y que haya hecho a España más grande.
Hay que ver si en un continente como el europeo, que acaba de aceptar a un nuevo Estado como miembro de la eurozona como es Estonia, y que tiende a crear lazos entre los diferentes países, es la mejor postura hacer cada vez más grandes las diferencias, en este caso entre españoles.
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com