Cabrera señala que gran parte de la explicación de ese fenómeno se explica por el menor nivel de educación y renta de los padres educados en colegios públicos. Puede que tenga algo de razón. Pero es evidente que la ineficiencia administrativa, la funcionalización del profesorado, su desmotivación, etc. explican también el fenómeno. Si además tenemos en cuenta que una plaza pública cuesta aproximadamente el doble que una concertada, resolvemos que el sistema público es claramente ineficiente. Pero tremendamente poderoso para adoctrinar a pesar de que ella sostenga que es "imposible" que el Estado adoctrine. ‘Dadme el alma de los niños'.
Así que lo único que ha podido decir Cabrera es que el abandono temprano está empezando a dar muestras de remitir. Quien no se consuela es porque no quiere.