El Gobierno se ha dedicado en estos días a cultivar la imagen de privilegiados egoístas de los controladores aéreos. Pero, para privilegiados, los diputados españoles. Cuenta Mariano Calleja en su blog que la clase política podrá gastarse al año 3.000 euros. La diferencia es que hasta ahora contaban con un límite mensual de 250 euros.
En mayo, Mariano Calleja ya reveló que un diputado base por Segovia, por ejemplo, recibe lo siguiente: 3.126,52 1.823,86 (libres de impuestos) avión y tren por todo el territorio nacional 3.000 euros (anuales) para taxi en Madrid. A esto se suma el ordenador y el móvil. Eso si no tiene ningún puesto específico en la Mesa del Congreso, en su grupo parlamentario o en cualquiera de las comisiones que hay.
Los padres de la patria suelen defenderse argumentando que necesitan estos privilegios para poder ejercer su tarea, pese a los huecos apreciables en los plenos del Congreso. Sin embargo, si se les aplicara el mismo rigor en el control de gasto que aplican a los funcionarios o a los empleados de las empresas privadas, estas asignaciones se verían muy disminuidas. Por otra parte ¿quién asegura que los diputados no hacen uso del teléfono, los viajes o el ordenador para fines partidistas o particulares? La duda es razonable, la solución, más transparencia.
Mariano Tomás
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