Enfrentamiento entre el ex vicepresidente de Celestino Corbacho

Quedan ya pocos personajes como el director general saliente de Caixa Catalunya, Josep María Loza, que los fines de semana se iba a la marginal barriada de El Raval. Y cada vez quedan menos, sobre todo si el presidente es Narcís Serra, que vice-lideraba el Gobierno de España con Felipe González, y que ahora, a su provecta edad, lo que pretende es ganar dinero, porque es sabido que, a ciertas edades surge una cierta angustia económica, más relacionada por los propios fantasmas que con la objetiva situación financiera.

Por tanto, Loza abandona los consejos de Gas Natural y Abertis, en los que participaba en representación de Caixa Catalunya y Serra ya ha levantado la mano para pedirlos, antes de que el sustituto de Loza, Adolf Todó, menos aficionado a las ONG y más a ejercer sus prerrogativas, pueda hacerse con la situación.

Recuerden que la normativa catalana exige que el Ejecutivo sea el director general. No es así en La Caixa, la hermana mayor, que también pretendía presidir don Narcís, pero sí en el resto. Sin embargo, el presidente del Consejo puede hacerle la vida imposible al director general, y Serra se lo hizo a Loza.

No obstante, a la ambición de Serra se han topado con el mejor amigo de José Montilla en el C, otro charnego', el presidente de la Diputación de Barcelona, Celestino Corbacho, conocido en Barcelona como "Corbachov", que dirige la política municipal del PSC y, además, es alcalde de Hospitalet. Algunos dicen que va para ministro, y que si ZP logra que acepte el cargo, a lo mejor el actual presidente de la Generalitat, le perdone jugarretas pasadas. Pero Narcís quiere sus consejos.