Con toda razón, El vicesecretario del PSOE exige a Rajoy que ponga orden entre Aguirre y Gallardón. La presidenta de la Comunidad de Madrid advierte a Blesa por última vez: o se marcha o le inhabilita.
Lo de Caja Madrid y su presidente Miguel Blesa aferrado al sillón de mando exige un manual de instrucciones para ser seguidos.
Blesa fue nombrado por un político -José María Aznar- pero se niega a ser destituido por otro, Esperanza Aguirre, a pesar de que la Ley de Órganos Rectores de Cajas de Ahorros (LORCA), y la posterior sentencia del Tribunal Constitucional, así lo acredita.
Con tal de acabar con la carrera política de Esperanza Aguirre, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, medio apoyado por Mariano Rajoy y con el empuje entusiasta de Ana Botella, que quiere sustituir a Gallardón como alcalde-sa de Madrid, ha lanzado una guerra civil en su propio partido, ante el asombro de los socialistas, con los que Aguirre ya había firmado un acuerdo.
Ahora bien, a los socialistas también les han salido traidores, sobre todo entre los partidarios del anterior secretario general de los socialistas madrileños, Rafael Simancas, que han apoyado a Blesa y le permiten mantener la lucha.
Es ahí donde surgen en la mañana del lunes, la figura del inefable vicesecretario general del PSOE, Pepe Blanco quien, una vez informado por Tomás Gómez, sustituto de Simancas al frente de los socialistas madrileños, exige que se cumpla la ley, es decir, que apoya a Aguirre.
Última hora: Aguirre está dispuesta a inhabilitar a Miguel Blesa, es decir, a despedirle. Tanto ella como el PSOE están presionando a Blesa para que dimita, pues ha perdido la confianza de la entidad tutelante, pero Gallardón le anima a seguir adelante. Por su parte, Tomás Gómez es partidario de que Blesa se vaya pero, eso sí, sin ceses, siguiendo el curso ordinario, algo que, adora la resistencia numantina de Blesa, puede resultar complicado. A lo mejor hay que echarle llamando a la Guardia Civil.
En cualquier caso, Aguirre y el PSOE exigen a Blesa que dimita. Este, por el momento, responde que le gusta el sillón en el que lleva sentado 13 años, y que aspira a cubrir otro mandato, hasta los 19.