El candidato a la Presidencia del Real Madrid, Ramón Calderón, es lo que castizamente se conoce como un pijo integral. Nada despectivo, no, un buen resumen de un candidato que está ofreciendo, no es broma, 50 euros por voto más la tarjeta oro del Joy Eslava (para nuestros lectores hispanoamericanos la discoteca más pija de Madrid, aunque otros la consideran, simplemente, como la más hortera. ¿O es lo mismo?)
La familia Calderón procede de Palencia y el abuelo de D. Ramón, D. Abilio Calderón, tiene plaza en la capital castellana. Entre la abogacía madrileña, D. Ramón es el mejor clon del actor Arturo Fernández o el paralelismo masculino de la vicepresidenta, Fernández de la Vega: nadie viste tan bien como él. Un año atrás, en una entrevista periodística concedida al diario El Mundo, proclama:
Cuando murió Franco vivía en Londres, me vine corriendo porque no me lo perdía perder.
En definitiva, Calderón es el Joan Laporta del Real Madrid. Su fortuna es inferior a la de otros candidatos, y especialmente a la de Villar Mir, pero tiene otros valores. Por ejemplo, es un dandy que regala tarjetas del Joy Eslava.
De cualquier forma, Florentino Pérez sigue temiendo más que a nadie a Juan Palacios, más que nada porque el joyero es el único candidato en el que no podrá influir y con el que no podrá pactar.