La especulación mental no tiene que ser menos peligrosa que la financiera, porque ésta afecta al bolsillo, pero aquélla seca las meninges. Por eso, debemos formularnos las siguientes preguntas:

1. ¿Son buenas las medidas adoptadas por EEUU y la UE, de apoyo a los bancos y que dispararon la bolsa durante la sesión del lunes 13?

No, que la bolsa suba no significa que su nivel de vida lo haga, especialmente para los menesterosos quienes, por definición, están fuera del mercado financiero.

Es más, las medidas adoptadas caminan en dirección contraria a la necesaria. Es pura plutocracia: se utiliza el dinero de los contribuyentes para enmendar las bestialidades de los especuladores.

Como ya hemos dicho, se trata de medidas anti-Robin Hood: robarle a los pobres -o las clases medias- para dárselo a los ricos.

Además, las medidas pretenden paliar las consecuencias de la crisis, no la causa del problema, que es la especulación de los mercados. Todas las medidas tratan de reactivar el crédito, pero ninguna ataca al especulador para que deje de especular. La crisis pues, ni mucho menos remitirá: irá a más.

2. ¿Todas las resoluciones adoptadas son igualmente perniciosas?

No. Aunque la frontera entre ahorrador e inversor es difusa, aún puede distinguirse entre el titular de una cuenta corriente y el partícipe de un fondo o el cliente de banca privada. Por tanto, lo mejor que se ha hecho es garantizar los ahorros de los clientes de banca. El resto de medidas son más discutibles y todas ellas más peligrosas.

Por ejemplo, si el Estado emplea su dinero para comprar emisiones de bancos y cajas, a fin de que éstos le presten a las empresas, ¿por qué no hacer que el propio Gobierno preste a las empresas a través del ICO? Si quiero prestar a particulares y empresas, ¿por qué no directamente o utilizando las sucursales bancarias como meras agencias depositantes?

Mucho más grave aún es la compra de emisiones ya en circulación, lo que eufemísticamente ha dado en llamarse activos tóxicos (y hacia eso, justamente, nos dirigimos). De esta manera, el nocivo y tóxico mercado de titulizaciones, ahora mortecino por la crisis, resucitará gracias al dinero de todos nosotros. ¡Cuánto bueno!

¿Que el Gobierno compre acciones de bancos privados? Eso ya es el colmo: Los fondos de alto riesgo, los que juegan a la baja con las acciones, están felices, y los directivos bancarios también: les nacionalizan y no pierden ni su cargo ni sus emolumentos.

3. ¿Cuál es la alternativa? Dejar que las entidades quiebren, proteger los ahorros de los depositantes, no de los inversores y castigar fiscalmente o, sencillamente prohibir, cuando se pueda, la especulación.

4. ¿El debate es entre Gobierno y mercado, entre reguladores y des-reguladores?

No, ese es un debate falso. De la misma forma que en economía el debate real no se da entre lo público y lo privado, sino entre lo grande y lo pequeño, en la actual crisis de crédito, la madre de todas las crisis, el debate cierto es el que se da entre economía real y economía virtual.

5. ¿Todo lo que hacen los mercados financieros es malo?

No. El mercado primario (ampliaciones de capital, principalmente) es estupendo, pues proporciona dinero a la economía real, productiva. E incluso un mercado secundario lógico, no agigantado, que ofrezca liquidez al primario es positivo. El problema es cuando el mercado secundario alcanza el 99,5% de todas las operaciones que se giran en Wall Street y el 98,5% de que se giran en Madrid. Eso no es una bolsa: es un casino y una bomba que acaba por estallar.

Es más, no fueron las hipotecas basuras, las famosas subprime, las que han provocado la crisis. Una hipoteca colabora al bien común, a la economía real: permite que una familia tenga casa y que los promotores creen puestos de trabajo construyendo pisos. No, la crisis la ha provocado la titulización o paquetización de esas hipotecas basura, otra forma de mercado secundario, que no aporta nada al bien común y sí al bolsillo de los bancos de inversión -o de no inversión- especializados en paquetizar.   

6. ¿Qué es la economía real?

Aquella que aporta un bien o un servicio necesario a la sociedad.

7. ¿Qué es la economía especulativa?

Todas aquellas prácticas o productos financieros que, si se suprimieran, no afectaría en nada a la economía real. Cuando un empresario hace una ampliación de capital está recibiendo un dinero para una inversión. Pero si a partir de ahí los titulares venden su acción a un tercero (mercado secundario), a la industria sólo le importa porque marca el precio de futuras ampliaciones de capital (mercado primario). Por lo demás, su empresa ni gana ni pierde con que sus acciones suban en bolsa, ni crea más o menos puestos de trabajo ni ofrece mejor o peor calidad a sus clientes.

8. Considerando todo lo anterior, ¿por qué los gobiernos promulgan decretos que perpetúan la especulación y benefician a los ricos y perjudican al conjunto de la población? En primer lugar, porque los políticos forman parte de la elite dirigente y, por lo general, o son antiguos financieros (Henry Paulson) o pretenden acabar su vida como financieros (Rodrigo Rato). El poder político y el poder económico se llevan a las mil maravillas.

Pero hay una segunda razón: en una sociedad tan bancarizada como la actual, cuando un banco se cae arrastra con él los ahorros de muchos ciudadanos, es decir, de muchos electores. Los políticos han permitido que se cree un Frankenstein y ahora se han convertido en sus esclavos, que les somete a un chantaje permanente. Los banqueros, en suma, aseguran a los gobiernos que si les dejan caer se perderán nuestros ahorros y sus sueldos. Así ha nacido la plutocracia.

El Gobierno del dinero. Y ojo, porque cuando es el dinero el que manca, la democracia desaparece. Un hombre, un voto es sustituido por el tanto tienes, tanto vales.

9. ¿Qué es el apalancamiento?

El endeudamiento excesivo. En todo Occidente, las grandes empresas no siguen las normas de las amas de casa: no gastar un euro más de lo que se ingresa. Por contra, todas las inversiones se hacen a crédito... hasta que llega la mora. La especulación es la primera causa de la crisis, la segunda es el apalancamiento o endeudamiento excesivo.

10. ¿Cuál es la variable social que está en el fondo de la crisis?

Los trabajos inútiles. La sociedad del bienestar ha creado necesidades inútiles y la sociedad de la codicia especulativa ha creado trabajos inútiles.

Examen de autocontrol: Si cuando le preguntan en qué trabaja no es usted capaz de explicarlo en menos de 10 segundos, lo más probable es que su labor profesional tenga algo de especulativa. Son los trabajos que primero se derrumban en tiempos de crisis, cuando el instinto de supervivencia lleva a prescindir del lujo y de lo superfluo.

He dicho trabajos inútiles, no cómodos. Algunos de ellos suelen resultar agotadores, que esa es otra cuestión. Por ejemplo, hoy, la principal función de muchos gestores de grandes empresas consiste en contratar consultores externos que gestionen la empresa.

Conclusión: para erradicar un problema conviene identificarlo. El hecho de que poderosos y expertos caminen todos juntos en la dirección equivocada, no significa que estén en lo cierto; significa que, antes que ideas comunes, poseen intereses comunes.

Como decía el fallecido Enrique Fuentes Quintana, los economistas nos equivocamos mucho, pero tenemos la virtud de equivocarnos siempre en la misma dirección. Ese pertinaz consenso en el error es lo que hace tan loables las disparatadas políticas anticrisis que se están anunciando.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com