Sr. Director:
Ya que participar y promover genocidios es una contribución a la ciencia, según quedó ayer afirmado en la Universidad Autónoma de Madrid (mucho de autónoma y poco de universidad), por qué no investir Doctor Honoris causa a Milosevich, o a Sadam Husein o quizás a Augusto Pinochet, aun están vivos. Soy nieta de un asesinado por las leyes que aprobó Carrillo durante la guerra civil y el único delito de mi abuelo fue ser concejal por la CEDA después de unas elecciones democráticas y asistir a Misa los domingos, ¿qué tal?
Esperemos que injusticias de este calibre no se repitan, hacen daño.
Inma Claparols
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