Al igual que en la aplaudida Los Vengadores, en Capitán América: El Soldado de Invierno encontrarán escenas de acción impactantes, efectos visuales muy conseguidos, algunos diálogos humorísticos y una banda sonora adecuada para el ritmo de la película. Ah, un comentario para dejar tranquilos a los fans de la MARVEL: la dirección de los hasta ahora grises Hermanos Russo, no ha sido una mala elección.
Steve Rogers, alias el Capitán América, se ha asentado en Washington e intenta, como puede, adaptarse a la vida del siglo XXI. Pero un arma secreta y peligrosa se cierne sobre la libertad de los ciudadanos del mundo que se concreta, todavía más, cuando atentan contra la vida del director de la Agencia SHIELD, Nick Fury, reacio a su utilización. El Capitán América se verá obligado a frenar esta amenaza y a desenmascarar a los conspiradores, para ello sólo contará con dos aliados: La viuda Negra y un veterano de la guerra de Irak llamado Sam Wilson.
Aunque algún espectador se quedará con las imágenes del héroe defendiéndose solo de un montón de enemigos en un ascensor de cristal, Capitán América: El Soldado de Invierno está muy bien rodada en todos los escenarios: tanto cuando los enfrentamientos se producen, a velocidad de vértigo, en una autopista llena de vehículos como cuando todo el equipo se introduce y ataca a los malvados en un inmenso barco.
Por tanto, Capitán América: El Soldado de Invierno cumple con las expectativas de los aficionados al cine de superhéroes: es trepidante, visualmente atractiva y cuenta con un villano implacable, pero ¡atención! estamos ante una película de comic, con lo cual olvídense de reflexiones profundas… Esto es, simplemente, puro espectáculo.
Para: Los que vayan al cine a contemplar cine espectacular