Por si quedaba alguna duda, los representantes europeos se han encargado de aclararla de forma definitiva: salir de España es salir de la Unión Europea.
Lo ha dicho el presidente de la Comisión, portavoces, comisarios y evidentemente lo refrendan los tratados europeos.
Sólo hace falta recordar que el 80% de todo lo que vende Cataluña lo compran países de la UE. No hace falta ser un lince de la economía para darse cuenta de los efectos drásticos de obstáculos comerciales y aranceles cuando afectan a cuatro de cada cinco euros ingresados por la economía catalana.
Artur Mas debería explicar esta salida de la UE con honestidad, si quiere mantener una mínima credibilidad. Frases relamidas sobre la gran "emoción" sentida al entrar en la UE o lo "bien" que Mas se siente en Europa son pedantes y no sirven para ocultar la realidad.
Pilar González Gutiérrez