En los últimos tiempos estamos viendo que se cumple aquella frase: "Cuando las cosas van mal la Iglesia es un ancla segura".
Lo atestiguan infinidad de historias personales y colectivas de todos los tiempos.
En medio de una dura crisis económica la Iglesia está junto a quien más lo necesita. Muchas Cáritas diocesanas llevan tiempo funcionando al máximo de sus posibilidades, gracias al esfuerzo de los voluntarios y de miles de donantes que sufren la crisis igual que todos, pero que se las arreglan para aumentar su ayuda económica por aquellos que puede lo necesitan más que ellos.
Y es que llegar donde no llega el Estado, y sobrepasarlo si cabe, es muy cristiano.
Suso do Madrid