El consejero delegado de A-3 TV, Maurizio Carlotti, amenaza con convertirse en el gran precarizador del empleo en el sector audiovisual. Su táctica consiste en externalizar, táctica que iniciara en Tele 5. Así, Carlotti quiere externalizar la plantilla de las delegaciones regionales (75 trabajadores) y a otros 130 trabajadores de los departamentos de Marketing y Comercial, aunque podrían acompañarles los cámaras de Informativos y otros segmentos como maquillaje, estilismo, etc.
El secretario general de A-3 TV, Ignacio Ayuso, recorre estos días los centros regionales presionando a los trabajadores para que acepten una medida que supone renunciar al convenio de A-3 TV, o bien, en su caso, de aceptar un despido (eso sí: con 45 días por año trabajado) y ser contratados, en condiciones más precarias, bien por Mediapro, bien por sociedades creadas al efecto por A-3 TV, trabajando lo mismo, o más, por menos dinero. Ignacio Ayuso ya ha visitado los centros regionales de Barcelona, Bilbao, Valencia y Sevilla, y el periplo no ha terminado.
Sea cual sea el camino, el efecto de la externalización es el mismo : reducir salarios o posibilitar el despido fácil. La externalización, al igual que ocurre con las ETT, incluso pueden encarecer los costes de las empresas, pero desligan al empresario con su plantilla y, a la postre, se consigue anular convenios y conseguir que el empleado trabaje más horas por menos tributación. Lo de Carlotti puede ser más o menos anecdótico, pero resulta muy significativo de lo que ahora mismo está ocurriendo en muchos centros de trabajo.