Sería la gran operación mediática del nuevo siglo en España. Y la verdad es que el momento es el óptimo para lograrlo, toda vez que: se trataría de que el canal A-3 TV comprara El Mundo, para crear una gran multimedia con esos dos medios más la cadena de radio Onda Cero. En verdad, un grupo mediático capaz de jugar a lo grande, como Jesús Polanco, a poner o quitar gobiernos. Bueno, al menos a eso jugaría Pedro J. Ramírez, a Carlotti le basta con que el Gobierno no le reduzca su cuenta de resultados.
En Hispanidad ya hemos hablado del enfrentamiento abierto entre el primer ejecutivo de La Razón, Mauricio Casals, y el consejero delegado de A-3 Tv, Maurizio Carlotti. Casals se queja una y otra vez ante Lara de la marginación a que A-3 TV somete a La Razón, con el feo añadido de que las promociones comerciales con las que ahora sobrevive toda la prensa, la editorial las está realizando con el diario El Mundo.
Recientemente, José María Aznar, el mismo que convenciera a Telefónica para que le vendiera A-3 TV a Lara en buenas condiciones, se quejó amargamente al editor catalán de que yo, desde luego, no voy a leer Avui. Con ello quería achacarle la participación de Lara en el salvamento del diario nacionalista catalán, un salvamento al que Lara se vio obligado por presiones del Tripartito catalán de Pasqual Maragall.
Lara navega entre dos aguas: no molestar al Partido Popular y no molestar al Tripartito catalán regido por el PSC y los republicanos independentistas de ERC. Pero su consejero delegado es más agresivo. En la Red, cómo no, surgió la pasada semana la noticia de que la sociedad Kort Geding había sufrido una sorprendente remodelación accionarial. Kort Geding controla el 33% de A-3 TV. Hasta ahora, Kort Geding estaba participada en un 55% por Planeta y en otro 45% por De Agostini, el grupo italiano al que dice servir Carlotti. Sin embargo, ahora, al parecer sin nada a cambio, Planeta ha decidido ceder otro 50%, por lo que De Agostini, es decir, Maurizio Carlotti, para mandar lo mismo que el propio presidente y líder del Grupo Planeta.
No olvidemos que Carlotti va diciendo por todo Madrid que el interlocutor de A-3 TV con el Gobierno Zapatero no es Lara, sino él mismo, y que el controlador de los telediarios también es él (y en verdad lo es). Como demostración de fuerza, baste comprobar el tratamiento que el canal de TV, que informativamente supera a Tele 5 y a veces hasta en la pública RTVE (insistimos: en informativos), realizó de la manifestación celebrada en Madrid el pasado sábado, con la Asociación Víctimas del Terrorismo como entidad convocante. A-3 TV apenas se desmarcó de RTVE o de Tele 5, alineados en contra de la convocatoria. El lunes todos los asesores de Rajoy coincidieron: no nos queda más TV que Telemadrid.
Lo cual tampoco es cierto. Carlotti no es socialista, es, simplemente un leninista reconvertido al capitalismo, pero de eso abunda mucho en las filas del Gobierno. Carlotti se define así mismo como un vendedor de publicidad, e incluso un vendedor honrado : simplemente, las ideas le importan un pimiento. Carlotti quiere ser interlocutor ante el Gobierno Zapatero y sabe cómo ganarse a La Moncloa, obsesionada con la televisión. Ahora bien, si una vez se haya ganado su confianza, necesita, por marketing, situarse frente al Ejecutivo, lo hará.
Carlotti no puede controlar La Razón, porque ahí manda Casals. Es más, intentó que A-3 TV comprara el periódico, pero Lara no lo consintió. Por eso prefiere jugar a lo grande: quiere comprar El Mundo, y Pedro J. Ramírez está de acuerdo, siempre que se le asegure el mismo protagonismo que tiene con Rizzoli. Es verdad que históricamente De Agostini y Rizzoli nunca se han entendido, pero también lo es que las cosas han cambiado mucho en la editora propietaria de El Mundo desde la marcha de los Romitti.
Sólo que la ambición de Carlotti impone, se supone que para terminar de fusilar a Caslas, que la compra de El Mundo signifique convertir La Razón en un semanario o simplemente darle el pase.
Lo que está claro es que en el PP ya no se fían de Lara, ni de él ni de su capacidad de maniobra. En el PSOE tampoco se fían de Carlotti, pero se dejan querer. Con Carlotti, a Zapatero le ocurre lo mismo que con Pedro J. Ramírez: considera que hay que matarle a besos. Por de pronto, Zapatero ha encargado a José Miguel Contreras, su principal asesor de imagen, el hombre de Globomedia, el productor del debate 59 segundos, que no pierda su espléndida relación con el director de El Mundo, quien, precisamente, se quedó muy asombrado cuando el Partido Popular decidió dejar de participar en 59 segundos, un espacio de Globomedia cuya estrella es Pedro José.