Dirijo mis palabras a los ciudadanos y ciudadanas de Catalunya: transcurridos ya los primeros cien días como presidente de la Generalitat, quisiera haceros partícipes del balance, sin estado de cuentas, de las tres últimas noches que he pasado.
De todos es sabido que mi característico talante pedante y la rigurosa templanza que me identifica inquietan y desarman a quienes osan a su enfrentamiento, pero he de confesaros que desde que el otro día estuve por minutos contados en la movida noche de Tarragona, me he dado cuenta que ni todos me esquivan y que nadie me empieza a creer.
La digestión de abucheos venidos por parte de quienes asedian con odio y por principios el principal de mis objetivos ya estaba más que asimilada, pero los de "casa nostra" me han servido para saber el sabor amargo de la equivocación y subir así hacia abajo mi ego.
Tenéis razón, ¿cómo se me ha ocurrido recortar el presupuesto sanitario?, ahora que llevo unos días con dolores fuertes de cabeza y con el ego por los suelos empiezo a ser consciente de la importancia que tiene la sanidad.
Fue ayer al telefonear a mi centro de salud primaria y al comunicarme que tenían hora para la semana que viene (tras decenas de intentos por encontrar una llamada que no comunicara) cuando entendí el grave error que he cometido. Por supuesto, el asesor que me aconsejó del recorte en sanidad ha causado baja en nuestro gasto interno de personal.
Sirva esta carta para mostrar a la ciudadanía cómo nos ajustamos a las circunstancias y que la política es como un ajuste de cuentas aunque nunca salgan…los que cuentan.
"Carta de ajuste: señal de prueba de televisión que se suele emitir en ausencia de programación".
Oscar Molero Espinosa