Sí, lo reconozco, de vez en cuando agradezco contemplar películas como Cartas a Julieta, un melodrama romántico tan agradable como previsible y que tiene como única pretensión entretener.
Cartas a Julieta une dos historias de amor, del pasado y del presente, con un escenario único: la ciudad de Verona. Hasta allí se desplaza la norteamericana Sophie con su novio Victor, prácticamente en vísperas de su boda. Ante las continuas ausencias de éste por motivos laborales (va a montar un restaurante italiano y visita proveedores), Sophie se hace amiga de las secretarias de Julieta, unas voluntarias que contestan a todas aquellas chicas que dejan misivas a la heroína de Shakespeare en su casa natal Precisamente en ese lugar tan singular, Sophie encuentra una emotiva carta escrita hace 50 años, la contesta y se embarca en la aventura más romántica que jamás imaginó: encontrar al Romeo de una mujer británica ya septuagenaria.
Todo resulta simpático en este cuento de hadas, plagado de lugares comunes y bellos paisajes, incluso, el humor. A la búsqueda del añorado Lorenzo, el perdido amor de la septuagenaria, por toda la zona de la Toscana conocemos a un sinfín de variopintos personajes del mismo nombre lo que da lugar a anécdotas graciosas donde caben los tópicos más habituales sobre el carácter italiano.
Amanda Seyfried (conocida por el papel de hija de Meryl Streep en el musical Mamma Mía) comparte protagonismo en este melodrama con la veterana y gran dama de la escena Vanessa Redgrave. La sorpresa es que en esta historia romántica aparece el atractivo actor italiano Franco Nero, actual esposo de la actriz británica y con quien ha tenido en la vida real una historia de amor tan emocionante como la que contemplamos en pantalla (mantuvieron una relación amorosa a finales de los años 60, tuvieron un hijo, y se casaron casi cuarenta años más tarde: en el 2006).
Cartas a Julieta se estrena el viernes 8 de octubre
Para: Aquellos/as que les gusten las películas románticas sin pretensiones y con cierta gracia