No estamos dispuestos a que esto suceda una segunda vez, afirma una fuente gubernamental en referencia al caso Airtel. Sin embargo, Industria sí ve con buenos ojos la fusión entre AUNA y ONO, para competir con Telefónica. Enfado entre los accionistas porque los fondos no han presentado una oferta concreta, salvo la conocida a través de la prensa.
El Gobierno no está dispuesto a aceptar otro caso Airtel. En otras palabras, el Ejecutivo no quiere que una licencia de telecomunicaciones que el Estado concede a un grupo privado para desarrollar la industria de la telefonía en España, acabe siendo vendida con las correspondientes plusvalías. Ya ocurrió con Airtel, hoy Vodafone España, pero no quiere que suceda con AUNA, que engloba la antigua licencia de Retevisión, en telefonía fija, los móviles de Amena, la joya de la Corona, y, por si fuera poco, el cable, en mantillas en España (cuenta con 1,6 millones de hogares), que se reparten AUNA y ONO. El Gobierno quiere, en definitiva, que el cable sea el competidor de Telefónica en telefonía fija y en banda ancha, el uno por fibra óptica, el otro por ADSL.
En otras palabras, el Gobierno le ha enviado a Emilio Botín el mensaje de que no le gustaría que vendiera AUNA. Quiere que se mantenga en manos españolas, pues sabe que los fondos licitantes le darían el pase a la menor oportunidad.
Además, tampoco es tan fácil la venta, independientemente de la postura del Gobierno, dado que los cinco fondos de la oferta (CVC, Apax, Blackstone, Providence y Carlyle) tampoco han hecho una oferta clara. Bueno, sí lo han hecho, sólo que a través del diario Expansión. Se da la circunstancia de que estos cinco fondos y sociedades de capital riesgo están asesorados por el banco de inversión Lazard, que en España preside Jaime Castellanos, a su vez presidente del Grupo Recoletos, editor de Lazard. Y como ya informara PRNoticias (www.prnoticias.com) fue Expansión quien facilitó todos los pormenores sobre la oferta de los muy especulativos fondos anglosajones sobre AUNA, como si esta fuera lo más deseable para los accionistas de AUNA. Y para que todo quede en casa, Castellanos es el cuñado de Emilio Botín, aunque, por el momento, no parece tener mucha influencia sobre él. Pero es que hay más. Se quejan lo accionistas de AUNA, especialmente Endesa, de que se enteran de la oferta por Expansión y que sólo a posteriori Lazard y los representantes de estos fondos se dirigen a los accionistas de AUNA para expresarles su propuesta. Eso sí, Botín ya lo ha dejado claro. Como informara Hispanidad, los 11.500 millones de euros (incluida deuda) no supone plusvalía alguna para el banc AUNA no se vende sin una plusvalía de al menos el 20%, lo que nos situaría en los 13.500 millones de euros.
PRNoticias informó que el doble juego de Castellanos había molestado a la primera ejecutiva de Financial Times, propietaria de Recoletos, Marjorie Scardino. Puede, pero el caso es que Castellanos acaba de entregar el premio a la transparencia empresarial y a los códigos de buen gobierno empresarial.
Respecto a la fusión del cable, Eugenio Galdón, número uno de ONO, se opone a la oferta (2.400 millones de euros) de AUNA Cable, pero se da la circunstancia de que tanto AUNA como ONO tienen por accionista de referencia al Santander Central Hispano (SCH). Eso sí, Galdón es un especialista en fondos, y el Santander está en minoría en AUNA. El mayor accionista es, de hecho, una filial financiera de General Electric.