Tiene razón la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal (en la imagen) cuando asegura, en 13TV, que la izquierda ha montado un 11-M para conseguir en la calle lo que no consiguió en las urnas.

No la tiene cuando se encierra en que no hay nada cierto y que no se ha dado contabilidad paralela.

No es eso lo que se le cuestiona al PP. Lo que se le cuestiona es si sus dirigentes cobraron algo en B. ¿Y eso es grave No, mucho más grave, por decir algo, que el PP mantenga el asesinato de los no nacidos en España... por ejemplo.

¿Es grave Pues depende. Si son grandes cantidades es más grave que si son cantidades menudas. Y no es menos si el origen del dinero recibido es un soborno y si los sobresueldos eran una práctica habitual o esporádica para cuadrar las cuentas.

En definitiva, recuerdan la anécdota de Carlos Solchaga y Transmediterránea: el español está dispuesto a perdonar un desliz más que una mentira. Y todo indica que el PP está jugando con las palabras, es decir, mintiendo.

Y no. No es excusa que a la izquierda le importe un pimiento la lucha contra la corrupción y sólo le importa llegar a La Moncloa. La verdad es que lo que está corrupto es la conciencia de los políticos españoles.

Y como los políticos no son sinceros tienen que recurrir a los jueces. Ahora bien, los jueces sólo pueden hablar -y eso si se trata de jueces justos- sobre aquella parte de la verdad que es demostrable: un porcentaje habitualmente pequeño. El PP ha decidido judicializar el Caso Bárcenas. Pues ya saben, a la maldición gitana: Tenga juicios y los ganes.

Eulogio López

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