En una sociedad plural es lógico que las afirmaciones de un obispo se vean sometidas a la crítica, hablo del caso del obispo de Alcalá de Henares, siempre que ésta se haga con razones y desde el respeto.
Pero el insulto soez, la mentira y la pretensión de silenciar e incluso encarcelar al diferente, denotan una auténtica enfermedad social.
Por eso es preciso defender la libertad a toda costa: la de cada uno de los ciudadanos (católicos incluidos), la del obispo como guía y representante de una comunidad, y la de la propia sociedad organizada.
Suso do Madrid