• Cambió su voto inmediatamente antes de la votación.
  • El inesperado apoyo del presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos a la reforma sanitaria de Obama genera una campaña del Partido Republicano contra él.
  • El magistrado también recibe críticas por parte de determinados sectores demócratas debido a su ambigua posición sobre la reforma.
  • En el partido de Obama creen que las condiciones impuestas harán económicamente inviable la reforma.
  • Un antiguo colaborador de la Administración Bush revela que hubo una gran división en el Gobierno federal por su nombramiento.
  • Algunos colaboradores del anterior presidente intentaron vetarle.

El pasado jueves, Estados Unidos quedó paralizado ante la inminente decisión del Tribunal Supremo del país sobre la constitucionalidad o no de la reforma sanitaria aprobada en el año 2010, debida al Gobierno del presidente demócrata, Barack Obama. Ante la sorpresa de muchos, el Alto Tribunal se pronunció favorablemente a dicha reforma con un escueto margen de 5 votos a 4. Pero todavía fue más sorprendente que el juez que había inclinado la balanza a favor de la ley del gobierno demócrata fue el magistrado John Roberts, presidente del Tribunal Supremo, que había sido nombrado por el gobierno del anterior presidente George W. Bush en el año 2005 y que era considerado como un juez perteneciente al sector conservador de la máxima instancia judicial de la primera potencia mundial.

Como era de esperar, las reacciones a la postura del juez Roberts no han parado de surgir desde que se conoció el fallo del Tribunal. Desde el Partido Republicano, la palabra que más se repite es 'traición', traición de un juez que siempre se había alineado con los demás magistrados conservadores.
El enojo de los republicanos es todavía mayor dado que, a medida que se conocen los motivos que argumentaron los distintos jueces del Tribunal para justificar su posición, parece más evidente que Roberts cambió su posición con respecto a la constitucionalidad de la ley en los instantes previos a la emisión de su voto, ya que durante el proceso el presidente del Tribunal se había mostrado contrario a la controvertida reforma de la Administración demócrata. ¿A qué se debió el cambio?

Otro aspecto notable del fallo –además del alineamiento de Roberts con los magistrados progresistas del Tribunal-, es la posición claramente opuesta a la ley demócrata del magistrado Anthony Kennedy, caracterizado por ser el juez centrista del Tribunal que suele dilucidar el empate entre los sectores progresista y conservador del Tribunal.

Sus posiciones con respecto a los distintos asuntos que conoce el Tribunal suelen ser más moderadas que las del resto de sus compañeros, tanto cuando se ha alineado con el sector progresista como con el conservador.

Entre las reacciones del Partido Republicano ante la posición del juez Roberts, destaca la del profesor de Derecho de la Universidad de California en Berkeley y antiguo colaborador de la Administración Bush, John Yoo, quien ha asegurado al New York Times que de ser elegido un republicano como presidente en las próximas elecciones, Roberts deberá mostrar una mayor cautela a la hora de pronunciarse en los asuntos más polémicos.
El profesor Yoo también ha afirmado que, como asesor jurídico de la anterior Administración republicana, participó en el proceso de nominación del juez Roberts como Presidente del Tribunal Supremo, y ha afirmado que dicho nombramiento resultó muy controvertido y debatido en el seno del gobierno de Bush y ha llegado a aseverar que hubo un intento de veto al nombramiento del juez por parte de algunos altos cargos del Gobierno federal del anterior presidente.

Lo que Roberts no podía imaginar es que, además de las previsibles críticas republicanas a su posición en la controvertida reforma sanitaria, iba a recibir también críticas por parte de determinados sectores del Partido Demócrata. Entre dichas críticas destaca la de la conocida profesora de Derecho de la Universidad de Stanford, Pamela Karlan, quien ha afirmado que el fallo acerca de la reforma sanitaria es una derrota a corto plazo para la derecha, pero al mismo tiempo, una derrota a largo plazo para la izquierda.

En opinión de la jurista demócrata, determinadas partes de la motivación del voto del juez Roberts, pueden suponer, a largo plazo, un menoscabo para la viabilidad de la ley aprobada por la Administración demócrata, ya que considera la posición del juez como muy 'tibia'.

A pesar del pronunciamiento favorable del Alto Tribunal norteamericano acerca de la reforma sanitaria del Gobierno Obama, esta batalla parece no haber hecho más que empezar ya que el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, ha prometido que si es elegido en noviembre derogará la ley de reforma sanitaria –el llamado Obamacare- en su primer día como presidente.

Gabriel López

gabriel@hispanidad.com