Se muestra partidario de la disolución de los ayuntamientos vascos y navarros gobernados por ANV. Además, señala que cada víctima es libre de aceptar el perdón; yo no lo aceptaría.
El presidente de la AVT, Juan Antonio García Casquero, lo tiene claro: Negociación, nunca, por supuesto que no, de ningún tipo, señala a Hispanidad. En su opinión, la única negociación posible es dónde dejan las armas y cuándo van a entrar en prisión. Casquero considera que quien incumple el Estado de Derecho debe ingresar en prisión y cumplir íntegramente las penas, una de las reivindicaciones históricas de la AVT. Que les caiga todo el peso de la Ley. ¿Incluso si hay arrepentimiento? Cada víctima es libre de aceptarlo; yo no lo aceptaría; pero el perdón individual de cada víctima no debe ser un argumento para rebajar las penas que por ley le correspondan al terrorista.
Por eso Casquero es contrario al acercamiento de presos y así se lo ha hecho saber al Gobierno. Le dijimos al ministro que no estábamos de acuerdo con un acercamiento; no debería haber beneficios por portarse bien. ¿Y la estrategia seguida por el Ministerio de tratar de dividir a los presos? No nos parece suficiente argumento. Casquero reconoce que la política penitenciaria señala que el preso debe estar cerca de su habitat natural para facilitar la reinserción, pero los etarras no son reinsertables, hemos comprobado que no tienen ninguna voluntad de reinsertarse.
Además de este desencuentro, Casquero también muestra su preocupación por la redacción final de la Ley de Víctimas en la que la AVT está participando. Propone la mejora de que se considere víctima a los padres de un asesinado casado. Los padres sufren igual si el hijo estaba casado o era soltero. Sin embargo, muestra preocupación con que el concepto de víctima se pueda ampliar excesivamente. Hay que hacer una apertura con cuidado.
¿Qué significa con cuidado? Si los amenazados -por ejemplo- se consideran víctimas, podemos encontrarnos con la situación de que haya quienes con fines políticos y de forma interesada se declaren amenazados y pasen a ser considerados víctimas. Entonces plantearían la necesidad de negociar y nadie entendería por qué hay víctimas a favor de la negociación y víctimas en contra. ¿Líneas rojas? Casquero prefiere no concretar, aunque sugiere que para los que no son padres, cónyuges o hijos se utilice la figura de afectado diferenciada de la de víctima. Por cierto, ¿para cuándo la Ley prometida por el Alto Comisionado para las Víctimas, Gregorio Peces Barba? Nos habían anunciado que para antes de verano; parece que no; espero que en esta legislatura.
Más. ¿Observa Ud. un giro en la política antiterrorista del gobierno? Sí; en esta legislatura no existe negociación sino combate al terrorismo; hay detenciones y muy seguidas detrás de cada atentado; existe voluntad política. ¿Y cómo explica que un Eguiguren que día sí, día también apele a la negociación no haya sido desautorizado? Eguiguren no es coherente con su partido.
¿Es posible un proceso de negociación encubierto cuya hoja de ruta sea bajar del monte a Otegui y Díaz Usabiaga? Casquero no se cierra a la posibilidad teórica de que alguien tras terminar su condena, haga lo que quiera, siempre dentro del marco democrático como planteamiento de base. Pero dada la experiencia, ¿es posible una izquierda abertzale o una alternativa independentista ajena a la banda terrorista? Casquero marca distancia con Otegui. Afirma que desde el momento en que no condena la violencia él mismo se sitúa. Pero sigue sin cerrar la puerta a una posibilidad -siquiera teórica- de una alternativa independentista ajena a ETA. Aclara, sin embargo, que la propia banda terrorista y todo su entorno social hacen que esa alternativa no pueda ser considerada moralmente legítima en la España actual. Hacerlo así, obviando el hecho indiscutible de que en la sociedad vasca hoy en día no hay libertad, sería legitimar el terrorismo. Sería favorecer que unos agiten el árbol y otros recojan las nueces. Sería permitir que todos los crímenes cometidos por ETA resultaran fructíferos para los asesinos y su entorno político. Y eso es, a todas luces, intolerable.
En los diálogos con el ministerio, Casquero también ha solicitado que las condecoraciones como la Gran Cruz y la Encomienda no requieran de la petición de la víctima sino que sean otorgadas de manera automática por el Gobierno. Por último, reclaman que los plazos para las ayudas sean abiertos, es decir, que no prescriban. Muchas víctimas no están para rellenar papeles después de un atentado. La filosofía es de doble entrada: que los delitos de terrorismo no prescriban por ser considerados de lesa humanidad; y al mismo tiempo, que los derechos de las víctimas, tampoco prescriban.
También reclama la disolución de los ayuntamientos vascos y navarros gobernados por ANV. No soy jurista, pero no entiendo por qué se pudo aplicar en Marbella y en este caso no; yo lo veo muy claro. Y un último punto de reclamación. La Ley de Solidaridad con las Víctimas de 1999 auténtico antes y después- estableció unas indemnizaciones para las víctimas. Pero era el Estado quien se hacía cargo de esos fondos. La AVT reclama al Gobierno que el Estado persiga a los autores, les embargue los sueldos y sus bienes.
Además, Casquero se muestra orgulloso de haber colaborado en la elaboración de leyes autonómicas de solidaridad con las víctimas. Hemos participado en Aragón, Murcia (se está elaborando) y La Rioja (está en estudio), donde la iniciativa ha sido nuestra; ahora queremos seguir en Galicia. Ya existen leyes propias en Cataluña, Aragón, Valencia, Extremadura, País Vasco y Madrid. En Navarra todavía no hay ley pero hay un sistema de ayudas propio. No obstante, Casquero muestra su malestar porque en la ley aragonesa se hayan reconocido los derechos de las víctimas desde 1982, fecha en la que nació la comunidad autónoma de Aragón. Si ya existe una doble victimización ahora se añade una tercera: las víctimas antes del 82 y las de después". Casquero señala que la AVT ha manifestado su queja por esta discriminación, pero lamenta que de momento no haya sido escuchada.
En cuanto a la labor de la AVT, Casquero señala que la asociación sigue personándose como acusación popular en todos los atentados que se producen. Como se ha hecho siempre. Además, en agosto de 2008 se personaron en Getxo por el supuesto uso fraudulento de la Universidad del País Vasco por los etarras. Existe la sospecha de que se matriculan y aprueban sin estudiar; de esta manera logran beneficios penitenciarios que no les corresponden y una titulación profesional que tampoco les corresponde. No ha sido fácil la personación porque ningún procurador desea asumir expedientes de la AVT en Getxo. Nos dicen que aquello es muy pequeño, que todo el mundo se conoce; al final hemos tenido que recurrir al colegio de procuradores que reparte por turno. ¿Cómo está el proceso? Se está tomando declaración a los profesores de la UPV.
Además, la AVT ha mostrado su malestar por las letras de grupos musicales presuntamente proetarras: Sociedad Alkohólica (SA) y Lehendakaris muertos. No han presentado querella porque el Supremo ya resolvió que SA no hacía apología del terrorismo. Puede que no sea apología del terrorismo penal, pero sí moral, señala Casquero. De momento los ayuntamientos de Badajoz y Valladolid han dado marcha atrás a su intención de contratar los servicios de estos grupos musicales. ¿Se puede afirmar que son el entorno de ETA? ETA no son sólo los que aprietan el gatillo, sino todo su entorno social y cultural también.
Además la AVT denunció ante el Gobierno vasco la permisibilidad que demostraron frente a las manifestaciones de los proetarras y ha dejado claro también que se mostrará vigilante a los hechos del Gobierno de Patxi López. No obstante, Casquero reconoce que no lo denuncian siempre porque no se puede repetir siempre lo mismo si -por ejemplo- se reúnen todos los viernes en San Sebastián. La lectura de la supuesta carta de De Juana Chaos sí que fue objeto de su denuncia ante la Audiencia Nacional. Denunciamos además que se expulsara a los periodistas; todavía no entiendo por qué no hubo una queja por parte de la Asociación de la Prensa.
Por último: ¿manifestaciones? Hacemos concentraciones cada vez que hay un atentado, pero lamentablemente no hay mucho quórum. ¿Qué queda de esa llamada rebelión cívica? La legislatura pasada había que salir a la calle y se salió; ahora estamos en otro período; no tiene sentido salir a la calle cuando hay detenciones. ¿No habrá manifestaciones? No si el Gobierno sigue en esta lucha. ¿Y si hay cambios? Nos opondremos con todos los medios a nuestro alcance, incluido por supuesto el salir a la calle o lo que en cada momento desde la Asociación se considere más oportuno.