No ha encontrado dinero en España y ha cambiado su estrategia de desguazar Vocento

Alex Springer es uno de los grupos editoriales más importantes de Alemania. Se le podría tildar de  porno-conservador y muy versátil: lo mismo edita el sesudo y derechoso Die Welt que el amarillo Bild, más sensacionalista aún que los tabloides británicos, esos que han recibido a Sarkozy con fotos de Carla Bruni en cueros, disfrazada con su propia piel.

Con sede social en Berlín, Springer conoce España, precisamente el ABC, pues ambas empresas fueron socias en el lanzamiento de Claro, aquel desastre amarillo que colocó a Prensa Española, a la sesuda y derechosa Prensa Española, al borde del desastre, y donde enterró los beneficios de la operación inmobiliaria de la calle Serrano.

Pus bien, Jaime Castellano, propietario del 6-7% de Vocento, empeñado en lanzar una OPA sobre el grupo de origen vasco. Ocurre que no tiene dinero suficiente, y que ni su concuñado, Emilio Botín, está dispuesto a prestárselo para aventuras de incierto resultado (no olvidemos que los Ybarra poseen el 25% del conjunto). Así que se ha ido a Alemania y ha ofrecido a los alemanes de Alex Springer que participen con él en una OPA conjunta.

Ahora bien, esto supone un cambio de estrategia. A Springer le interesa todo el grupo, lo que nada tiene que ver con la postura inicial de Castellano, que no quería quedarse de editor en Vocento, sino, como buen especulador, pretendía desguazar el conglomerado y venderlo por trozos. Springer no: puede no creer en muchas cosas pero sí, desde luego, creen en que los diarios pueden resultar rentables.