"Facilísimo", "tirado", "digno de párvulos". Esto es lo que se oía al salir de la prueba de castellano de selectividad en Barcelona.
El Gobierno catalán ha hecho la misma jugada de todos los años: ha puesto el nivel del examen de selectividad de castellano por los suelos para que las notas salgan altas de forma artificial y maquillar el bajo nivel de castellano en el sistema de inmersión.
Es lamentable que haya que oír a Artur Mas decir que las supuestamente "excelentes" notas del examen de selectividad de castellano cada año demuestran el buen nivel de esta lengua en Cataluña cuando manipulan la prueba descaradamente y parece que en vez de para entrar a la universidad sea para entrar al parvulario.
Andrés Oviedo