Mi recuperación está lejos de ser una batalla perdida. Con estas palabras reapareció Castro este lunes 1 de enero, 48º aniversario de la Revolución cubana. El dictador caribeño ha reconocido la madurez del gobierno revolucionario y ha asegurado estar al tanto de los acontecimientos actuales, entre ellos la última Cumbre de los No Alineados. Felicitó a los cubanos por ser dignos anfitriones de la cumbre y señaló que continuará con la resistencia frente al bloqueo y las agresiones del imperio.
O sea, que morirá con las botas puestas. Frente a los que pensaban que Castro no llegaría a finales de año, doble ración. Pero aunque el médico del Gregorio Marañón que le ha atendido haya señalado que podría recuperar las labores de gobierno, nadie en la isla-cárcel cree que Fidel pueda volver a tomar las riendas. El ambiente en Cuba es de miedo. Miedo al régimen y miedo a una transición que arrancara el 31 de julio de 2006, fecha en la que se anunciara la intervención quirúrgica de Castro.