¿Triunfará la OPA de Gas Natural sobre Endesa? ¿Habrá una contraopa? Hace una semana habría respondido que la OPA triunfaría, aunque mejorada, casi seguro. Le habría dado un 90% de posibilidades. Ahora, se las reduzco por debajo del 30%, así como las posibilidades de que haya una contraopa. Y ya no creo que vaya a haber contraopa, salvo que sea la peor de las contraopas posibles, la de una eléctrica extranjera. No, yo creo que el proceso va a morir por consunción, por la división interna del PSOE, la feroz, y un poco absurda, oposición del PP y la politización que el propio Gobieno Zapatero, así como el enloquecido Tripartito catalán, ha impuesto al proceso.
No, tiendo a creer que la OPA puede morir por consunción. Primera elección: habría que acortar los lapsos. No se puede mantener a dos grupos empresariales, tres, para ser exactos, en una situación de paréntesis, con despachos de abogados, bancos de inversión y asesores de imagen (éstos, los más importantes) forrándose el riñón con la refriega.
Respecto a la clase política, mejor no hablar. Una de las claves de la operación que hoy desvelamos en Hispanidad, y sin la que no puede entenderse nada, es la obsesión del todopoderoso ministro de Industria, José Montilla, valedor de la operación, empeñado en cerrar su carrera política con la Presidencia de la Generalitat catalana, ha supuesto el golpe de gracia a la operación. Cuando Fornesa, Fainé, Gabarró o Brufau echen mano del elenco de culpables, al primero que tendrán que señalar es a Montilla, un verdadero cáncer. Montilla considera que, como molt honorable, precisará de un INI catalán. De esta forma, se le ha visto tanto el plumero que no sólo ha encorajinado al a derecha, sino a sus correligionarios Rodríguez Ibarra o Marcelino Iglesias.
Ahora bien, aunque la oferta es insuficiente y debería ser mejorada, ¿era una mala operación? La Caixa asumía demasiado poder, ciertamente, pero se creaba un grupo energético español (la energía no es un sector estratégico, es el más estratégico de todos, probablemente con la excepción del agua), es decir, un grupo donde las decisiones de inversión y de creación de puestos de trabajo se tomarían en España y desde una caja de ahorros, es decir, una entidad no opable, y, en este caso, con tradicional vocación industrial.
Encima, la entrada en danza de elementos como la italiana ENEL, cuyo presidente real es Berlusconi, o de la aseguradora francesa AXA (en el BBV la conocen bien), brazo armado del Gobierno de París, es la peor de las opciones posibles. Porque no olvidemos una cosa: si la OPA de Gas Natural falla, habrá que buscar otras opciones para la formación de grandes grupos energéticos de titularidad española. El problema es: ¿cuáles? Porque no quedan muchas posibilidades.
Pero la cuestión que late al fondo es otra, mucho más importante. Es la misma que se plantea ante cualquier nacionalista: el ellos y nosotros. La mayor tontería política la dijo el portavoz de economía del PP, ex ministro Miguel Arias Cañete, cuando afirmaba que preferir que Endesa acabara en manos de un extranjero que en manos de los catalanes. Olvida Cañete que La Caixa es una empresa española y que Cataluña es España. Pero olvida, sobre todo, lo más importante: olvida que si quiere ganarse a los catalanes debe olvidarse del ellos y nosotros, porque de otra manera se está comportando como un Carod, es decir como un rencoroso tuercebotas.
Por eso, entre la izquierda y la derecha españolas, PP y PSOE, cada vez que se presenta una reclamación nacionalista de autodeterminación, a través de un referéndum, la respuesta no debe ser negar el referéndum, es decir, la libre manifestación de los ciudadanos. La contrapropuesta debe ser: ¿quién vota en esa consulta popular? Los partidarios de la unidad de España, deben responder: todos los españoles, porque yo, como español, puedo y quiero votar en ese referéndum: usted a mí, español, no me quita ni mi Euzkadi ni mi Cataluña. Sus historias y sus logros son mi historia y mis logros. Porque las cañetadas son las que alimentan la bobería nacionalista que tiende, como la luz, hacia el infinito.
Que no, que hay que olvidarse del ellos y nosotros. Para quien pretende la unidad de España, lo lógico es convertir a las personas e instituciones catalanas, o vascas, en protagonistas del devenir español. Por ejemplo, Antonio Brufau, presidente de Repsol YPF, catalanista hasta la médula, no ha dudado en trasladarse a Madrid para presidir la petrolera, por la sencilla razón de que la sede social de Repsol siempre estuvo en Madrid. Además, no olvidemos que, salvo en casos que precisan tratamiento especial, como el de Anasagasti, cunado se convierte a los nacionalistas en pilotos españoles, surgen unos patriotas tremendos. Un poner: Piqué dice ahora un montón de tonterías, pero cuando se le colocó al frente de la diplomacia española, les decía a los diputados nacionalistas catalanes lindezas como esta: Con sus palabras pone usted en peligro el prestigio de España en el exterior. Este es el juego.
Traducido a la OPA de GN: lo mejor que tiene, o tenía, la operación de La Caixa es, o era, la constitución de un grupo energético integral de fuerte dimensión, inaccesible a los depredadores, sean eléctricas extranjeras o, lo que es peor, fondos especulativos, capaz de asegurar el suministro energético y el desarrollo económico español. Lo que pasa es que a los paletos, nacionalistas o antinacionalistas, eso les importa tanto como a mí la Pasarela Cibeles.
Eulogio López