Cataluña ha sido siempre patria de pequeños autónomos.
Las tendetas, los talleres, las pequeñas industrias, han sido siempre el orgullo de los catalanes, crear negocio aunque sea pequeño.
Hoy cierran y cierran tiendas y empresas por la crisis. Tristemente hoy son los grandes abandonados por el Gobierno.
Sin ayudas financieras, con importantes subidas de impuestos, impagados muchos y el IVA lo adelantan a Hacienda antes de cobrarlo.
Se cierra el negocio ante la imposibilidad de seguir, responden con sus bienes y muchos han perdido negocio y casa y en las listas del paro no cuentan.
Son anónimos de solemnidad. ¿Quién habla de ellos?
Nina Villalonga