Los antidisturbios tenían orden de proteger a los homosexuales

 

En el Día Mundial contra la Homofobia, el pasado 17 de mayo, 120 militantes del homosexualismo quedaron en la catedral de Lyon para cantar la Internacional, blasfemar y morrearse justo a la salida de misa. Los jóvenes católicos presentes no quisieron soportar la enésima provocación y protestaron contra la catolicofobia que impera también en Francia.
Los militantes homosexualistas incrementaron su agresividad y exigieron entonces que los católicos retirasen un estandarte del Sagrado Corazón.
Los antidisturbios tenían órdenes de proteger la manifestación gay, así que los jóvenes católicos tuvieron que sentarse en el suelo y rezar el rosario para no ser desalojados de la plaza. Contra los insultos, los lemas católicos fueron ¡Europa, Juventud, Cristandad! mientras agitaban una bandera del Vaticano.
Finalmente, la policía dispersó a los provocadores y trató de hacer los mismo con los católicos que formaban una cadena para proteger la Catedral. Tres horas después abandonaron pacíficamente la plaza.