Si me preguntaran cuál es el mejor periódico internetero en español, no dudaría (y en esto de los concursos suelo dudar muchísimo): www.zenit.org. No figura entre las grandes agencias mundiales del nuevo periodismo independiente, por la sencilla razón de que es católica, y claro, eso no puede ser. Si encima de católica recoge la información que llega, y que genera, el Vaticano, probablemente el mayor centro informativo del planeta, y encima Zenit la trata desde la ortodoxia, bueno, eso ya es una provocación.
Zenit se parece mucho al diario El País, con la única diferencia de que el rotativo de Polanco es independiente de la mañana, mientras Zenit es independiente de todo lo demás, salvo de sus propias convicciones cristianas. Por ejemplo, Zenit es independiente de la publicidad, que no es poco. No se alimenta ni de suscripciones ni de anuncios: sólo de donativos. Es decir, que también es independiente de las teorías de las escuelas de negocios, porque en las escuelas de negocios las empresas que funcionan gracias a la generosidad ajena no se estudian: es decir, no son empresas y hasta su existencia misma molesta.
Sin embargo, Jesús Colina, el periodista español creador de Zenit, con muy poco espíritu democrático y nula capacidad autocrítica, ha decidido seguir adelante sin preocuparle su ubicación en el templo de la fama mediática, y así hoy, Zenit emite una de las informaciones de más altura intelectual de la WWW, en seis idiomas: español, inglés, francés, alemán, italiano y portugués. Y ahora pretende ampliar su elenco al ruso. A los que sólo dominamos el español y el argentino nos incomoda mucho esta insolencia políglota. Y todo ello sin el reconocimiento de Jesús Polanco : ¡Qué cosa tan extraña!
Zenit vive de donativos y ha abierto su campaña anual de recogida de fondos (si quieren leer los motivos, aquí los tiene). Así que a rascarse el bolsillo, que no es mal hábito, amén de muy actual. Es sabido que muchos católicos están dispuestos a dar su vida por la Iglesia, pero no su cartera. Muchos católicos, siempre admirables, son tan espirituales que se dan a la oración, el sacrificio y el testimonio, tareas agotadoras que ocupan toda su agenda y les roba todo el tiempo para abrir el monedero. Además, razonan, ¿qué es el dinero, sino vil metal, realidad prosaica, existencia vulgar, obsesión ordinaria, materia pedestre?
Sin embargo, lamento comunicar a todos los presentes que se acercan tiempos de laicismo agresivo, si lo prefieren de laicidad. Como soy muy de mi pueblo, con laicidad y laicismo me ocurre lo mismo que con erotismo y pornografía, que no acabo de distinguir entre uno y otro, pero reconozco que se debe a mi magra formación intelectual. Como iba diciendo, en tiempos de laicismo, los católicos debemos acostumbrarnos a financiar todas las actividades confesionales, no con dinero de los impuestos, sino con dinero de nuestros bolsillos: hablo de parroquias, colegios, centros asistenciales, ONG y, por qué no, medios informativos. En este sentido, el fenómeno de las escuelas parroquiales, en Estados Unidos, sufragadas por los fieles, merece una mención. Es el camino a seguir, el mismo de Zenit. Si queremos medios informativos católicos... apoyemos a esos medios cristianos, en lugar de quejarnos de quienes conculcan nuestros principios y nos injurian cada día.
No es que la Iglesia no tenga derecho a participar del erario público o de las ventajas del comercio privado. Por supuesto que sí, siempre que esas aportaciones del erario público no se conviertan en un chantaje que reduzca la libertad para evangelizar. Ahora bien, me sé de un famoso banquero español que cuando algún poderoso aparecía con una petición indeseada, y por supuesto onerosa, preguntaba:
¿Se puede decir que no?
-No solía ser la respuesta.
-Pues, entonces sí.
Me temo que en tiempos de laicismo, perdón, laicidad, la mejor opción es el Cristianismo autofinanciado. O sea, lo de Zenit.
Eulogio López