Acaecido en la Argentina. Lo primero, los datos: el pasado 16 de diciembre, el contraalmirante Raúl Viñas había sido ascendido y asignado a la Escuela Naval Militar, por las tareas que venía desempeñando en la capacitación de esa fuerza.

A la semana, asistió a la ceremonia oficial su familia, entre ellos, un hijo sacerdote y una hija monja. El 30 de diciembre, por decisión de la ministra de Defensa argentina, Nilda Garré, que había presenciado el acto, el destino del contraalmirante Viñas fue cambiado por la dirección de Mantenimiento y Arsenales. Pinche aquí para saber más.

Yo comprendo al kirchnerismo. La tolerancia progresista pueda admitir que haya majaderos convencidos de que Cristo es Dios pero que lo confiesen en público, por ejemplo con sotana y hábito religioso. Eso es provocar.

La verdad es que en algo adelanta el kirchnerismo al zapatismo: éste hace lo mismo que aquel pero en silencio. Dicen que Argentina imita a España; yo creo que es España quien imita a Argentina. El argentino puede ser más vanidoso pero menos soberbio que el español. Lo de la señora ministra Nilda es lo que se pretende en todo el mundo, haciendo realidad aquello de llegará una día en que todo aquel que os quite la vida pensará estar prestando un servicio a Dios. Por tanto, la respuesta lógica del cristiano es el exhibicionismo. Sí, no es momento de discreción sino de exhibición, que no es elegante pero sí eficaz porque la simple visión de una sotana provoca sarpullidos en las conciencias progres. Ergo, es lo que hay que hacer.

Insisto en que la libertad religiosa no es nada. Cristiano no es el que cree en Cristo sino el que ama a Cristo, cosa bien distinta. De hecho, los demonios creen en Cristo, ya lo creo que sí. Por tanto, nadie, salvo uno mismo, puede quitarnos esa libertad, libertad para amar. Esto es: lo que hay que reivindicar no es libertad religiosa sino libertad de culto, porque el culto es la expresión externa y pública de la religión. Lo de la libertad religiosa es una coña: para qué reclamarla si nadie nos la puede negar.

Y tres hurras por Raúl Viñas, que el martirio del tiempo actual es la coherencia y quien me negare delante de los hombres.

Eulogio López

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