Los programas de empleo de Cáritas acompañaron en 2011 a más de 80.000 personas en toda España, de las que 13.148 consiguieron un puesto de trabajoLa Iglesia católica sigue haciendo lo de siempre: ayudar calladamente a los más desfavorecidos. Y hoy, su acción sociocaritativa, o sea, Cáritas, ha presentado los resultados de su ayuda para encontrar empleo. Aunque como sabemos, Cáritas hace muchas más cosas.
¿Comentará mañana estos datos el señor Cayo Lara, de IU, empeñado en atacar a la Iglesia día sí, día también, al igual que Elena Valenciano (PSOE), que ha acusado a la Iglesia de no ayudar para salir de la crisis?
Pues que ambos tomen nota:
De las 80.417 personas atendidas en 2011 por los Servicios de Apoyo al Empleo y la Formación de Cáritas en toda España, un total de 13.148 (el 16%) consiguieron un puesto de trabajo. Estos datos, que se han dado a conocer esta mañana en Madrid durante la presentación en la sede de Cáritas Española de la Memoria 2011 del Programa de Empleo, son, en palabras de su secretario general, Sebastián Mora, "una demostración de que la lucha contra la pobreza, cuando se ponen medios y recursos, personas comprometidas e ideas buenas, se pueden crear oportunidades para la vida de las personas más vulnerables".
Sebastián Mora, que presentó la citada Memoria en compañía de Félix Miguel Sánchez, coordinador del Equipo de Empleo de Cáritas Española, señaló que el trabajo desarrollado por la institución en este ámbito "es también testimonio de coordinación y complementariedad con las políticas públicas, tanto españolas como europeas, y otras organizaciones sociales". "Es también -añadió- una muestra del lugar social de Cáritas y de la Iglesia que no pretende, ni quiere, ni puede ser la sustitución de las políticas públicas".
A este respecto, el secretario general aseguró que "no se entendería la posición de Cáritas como expresión caritativa de la Iglesia en la Memoria de Empleo si no somos capaces de situarnos en el lugar de las personas sin empleo y, especialmente, de las personas desempleadas más excluidas que son el colectivo de atención de Cáritas. Sin sus vidas, sus sufrimientos, sus anhelos, sus esfuerzos… nada adquiere sentido".
Para poner rostro real a los datos de actividad recogidos en la Memoria y describir en primera persona cuál es el itinerario de desarrollo y crecimiento personal que Cáritas impulsa a través de los Programas de Empleo, Félix Miguel Sánchez puso voz al testimonio de Sergio, un joven de 17 años, usuario de un taller de inserción laboral de jardinería de Cáritas Diocesana de Toledo, quien explica cómo "me sentía perdido, inseguro, con muchos miedos y muchas inquietudes, no sabía lo que hacer, lo veía todo negro, no creía en las personas, ni en la sociedad, ni en mí mismo".
Esa situación se transforma a medida que Sergio participa en las acciones de formación de Cáritas Toledo e inicia un proceso en el que asegura sentirse "más preparado, porque así, acudiendo diariamente veo lo que mantener un trabajo poco a poco, día a día, y el esfuerzo que cuesta". "Me he sentido útil -prosigue- para hacer cosas, adquirir responsabilidad, como levantarme, no faltar; he respetado y me han respetado, y para mí esto ha sido muy importante".
Este testimonio es muy similar al de cualquiera de las decenas de miles de personas que han participado en los Programas de Empleo de Cáritas, cuyo perfil predominante es el de mujer, inmigrante, de entre 25 y 45 años, y con bajo nivel de formación.
La acción en el campo del empleo es uno de los ejes de la respuesta de Cáritas a los efectos sociales de la crisis, en un contexto que Sebastián Mora ha descrito como "de una profundad complejidad e incertidumbre y que, con respecto a las situaciones de pobreza y exclusión, son extremadamente graves". Reconoció, en este sentido, que "las previsiones a corto plazo no son especialmente positivas para la reducción de la pobreza, cuando la economía está en contracción, el desempleo parece que va a seguir incrementándose y las políticas sociales han sufrido una claro retroceso".
"En este contexto de severidad -aseguró el secretario general de Cáritas- queremos volver a afirmar con rotundidad lo que venimos proclamando siempre y con especial insistencia desde que empezó la crisis: que las personas más débiles deben estar en el centro de las preocupaciones éticas y políticas. No son un mero sumatorio de problemas, por severos que estos sean, son personas dotadas de dignidad inviolable, tengan o no tenga papeles, sean jóvenes o mayores, vivan en España o en el Sahel".
Además de reiterar el principio de la Doctrina Social de la Iglesia de "que en contextos de crecimiento económico, en momentos de estancamiento y en momentos de profunda crisis, las personas no tienen precio, sino dignidad", el secretario general de Cáritas lanzó una invitación "a un mayor compromiso con las personas y países empobrecidos en las políticas públicas, en el compromiso ciudadano, en la responsabilidad de las empresas y empresarios".
"Sabemos -añadió- que vivimos tiempos en los que tenemos que hacer especiales esfuerzos y sacrificios, pero no podemos olvidar poner en el centro a las personas más frágiles. Una sociedad que no reconoce la dignidad y los derechos de las personas más vulnerables es una sociedad que acabará no reconociéndose a sí misma, que estará en continuo movimiento, sin saber de dónde viene ni a dónde va".
En ese sentido se refirió a la reciente reforma de la cobertura sanitaria, que afectará a los inmigrantes indocumentados y que, como señaló, "previsiblemente se traducirá en un incremento de los casos de demanda de ayuda en cuestiones de salud atendidos por la red de Acogida y Atención primaria de Cáritas". Defendió, asimismo, el derecho a la salud como "uno de los derechos básicos que garantizan la inclusión social de las personas y que, en la medida en que se limite, supondrá un aumento del riesgo de las condiciones de pobreza de las personas más vulnerables".
Para Sebastián Mora, "si se producen abusos en el acceso al sistema público de salud, que se corrijan esos abusos, pero no que se recorten los derechos de los ciudadanos". Alertó, a este respecto, del riesgo de que los recortes en materia social acaben por "dar pie a la creación de una red paralela de ayuda, que funcione al margen de los sistemas públicos que garantizan los derechos sociales". "Y en Cáritas creemos que lo mas integrador y lo más justo para luchar contra los efectos de la pobreza es fortalecer nuestros sistemas sociales, de naturaleza público y universal".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com