Cuando alguien quiere evitar una respuesta comprometida suele recurrirse a cambiar el centro de la pregunta. Así, cuando este lunes preguntaron al consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, por los anuncios de prostitución, sacó una vez más su lado filosófico: El problema no son los anuncios de prostitución en prensa, sino la prostitución. Y continuó su razonamiento proponiendo que el debate se centre en si la prostitución es una enfermedad social o si se deben respetar los derechos de las personas que quieren prostituirse, esto es fuera de las mafias: Lo de los anuncios es una cuestión falsa.
En definitiva, Cebrián no está dispuesto a retirar de El País los anuncios de prostitución, que tan buenos beneficios reporta. Junto a El Mundo, es el periódico que más gana con este tipos de publicidad. En pocas palabras Cebrián echa balones fuera y se inventa el derecho a prostituirse, siempre y cuando las mafias no controlen el negocio. No extraña que el derecho a la prostitución sea algo digno para un grupo mediático que también ha defendido el derecho al aborto.
Mariano Tomás
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