Las canales de TV nos han venido machacando el pasado fin de semana con la pareja de homosexuales que prefieren guardar su privacidad, aunque no la de sus actos- a quienes el restaurante madrileño La Favorita ha negado el banquete de bodas de su gaymonio. No quieren publicidad para su caso, porque son gente discreta, pero les ha faltado tiempo para contárselo al Defensor del Pueblo y a los medios informativos afines, es decir, todos los prisioneros de los políticamente correcto es decir, casi todos, que han dedicado más tiempo a insultar a La Favorita que, pongamos por caso, a la Guerra de Iraq.

Veamos, La Favorita es propiedad ¡Ajajá!- de la Sociedad Operística de Navarra, y todos sabemos lo que significa el adjetivo navarro : pura caverna, la tierra con más proporción de curas y monjas. Y encima operística... Conclusión: La Favorita no es pluralista. Los poderes públicos, por tanto, deben destruirla en aras del pluralismo, of course. Se trataba de esto, si ustedes me entienden.

Ya lo dijeron en Tele 5, que en cuanto oyen hablar de gays se dan por aludidos: La Favorita no es plural. Lo cual me lleva a solidarizarme con este restaurante madrileño, dado que lo mismo le ocurre a este periódico : Hispanidad es decididamente singular. ¿Aceptaríamos un periodista gay en Hispanidad? Sí, siempre que respete el ideario católico del medio. ¿Aceptaríamos a un miembro del orgullo gay? No, le censuraríamos y discriminaríamos, le cerraríamos el paso, de forma rígida e intolerante, porque lo contrario sería engañar a nuestros lectores, dándoles gato por liebre.

A ver si no entendemos, porque tengo para mí que este concepto del pluralismo anda un tanto confuso en el mundo actual. Pluralismo, como su mismo nombre indica, es la suma de singularidades. Pluralismo es que La Favorita mantenga su derecho de admisión y sólo acepte banquetes de matrimonio y no de homomonio, en el convencimiento de que otros restaurantes están encantados de cobrarles a los protagonistas del gaymonio. E incluso regalarán, a cargo de la cosa, preservativos con olor a fresa a todos los invitados.

Pluralismo es que haya medios con ideario cristiano como Hispanidad, que cuente la realidad desde su particular, y advertido, punto de vista, mientras otros se dicen independientes de la mañana, y cuentan la realidad desde su particular punto de vista de los comecuras. Ahí radica la confusión: el pluralismo interno no es más que esquizofrenia. Lo que es bueno que exista es el pluralismo externo, nunca ha necesitado de tan pomposo nombre, porque siempre se le ha llamado libertad.

Si el Defensor del Pueblo denuncia a La Favorita por no servir a gays yo denunciaré al restaurante de Janli por no bendecir la mesa por megafonía, que es algo que me molaría mucho. Seguro que el Defensor del Pueblo me tramita el asunto con mucha celeridad.

Pero lo importante es lo otro : lo importante es que la suma de pluralidades no es más que una empanda mental de proporciones cósmicas. Es decir, justo lo que tenemos.

Por otra parte, la queja de la dolorida pareja gay muestra donde radica la dialéctica propagandística actual. Todo el debate social comporta una sola técnica: hacerse la víctima. Cuanto más verdugo se sea, más victimismo. Porque claro, el que puede pagar todo este embolado es La Favorita. Así que animo a todos los lectores de Hispanidad.com a frecuentar este estupendo y melódico restaurante madrileño, ubicado en la céntrica calle Covarrubias: celebre ahí sus reuniones de empresa, sus cenas de amigos, sus banquetes de boda, bautizos y comuniones. Teléfono de reserva: 91 448 38 10.
 
Eulogio López