En estos días en que se celebra la diferencia con orgullo. Yo también estoy orgulloso. Orgulloso de ser libre, de vivir el matrimonio con felicidad, de ser padre de una niña estupenda y de tratar de educarla desde mis principios.
La educaré en que somos seres creados por un Dios que nos ama, que Dios está por encima de cualquier ley, que la verdad existe y no es fruto del consenso, que la base de la sociedad es la familia fundada en el matrimonio, que los hijos son un regalo de Dios y que la vida humana comienza en el momento de la concepción. Por todo esto, celebro con orgullo mi objeción.
Javier Ruiz Serrano
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