Genial y muy ilustrativa la portada del diario El País que en reciente información nos ilustraba sobre un gran avance médico: la reconstrucción de una tráquea a partir de células madre.

Ahora bien, en todo el artículo no aparece el apellido del tipo de células utilizadas por los suecos para 'fabricar' una tráquea artificial y con ello curar un cáncer. En el gráfico explicativo, eso sí, El País ha tenido que reconocer -de otra forma no había manera de explicarlo- que el logro se realizó con células de la médula espinal. Es decir, que no se ha troceado ningún embrión humano, no se ha matado a ningún ser humano, para curar al paciente.

Recuerdan el entusiasmo de toda la progresía homicida -no, no es una reiteración pero acostumbra a serlo- en su científica lucha por la utilización de células madre embrionarias para curar enfermedades.

Un eufemismo, éste de células madre embrionarias, para no hablar de embriones humanos, perpetrado con el mismo espíritu embustero con el que se refieren al aborto como "interrupción voluntaria del embarazo".

Pues miren ustedes, resulta que utilizando embriones humanos como cobayas de laboratorio no se ha curado ni un resfriado. Es más, las terapias aplicadas muestran que esas células son tan totipotentes que producen tumoraciones y rechazos. Sí, provocan cáncer y encima suelen ser rechazadas por el paciente.

Por contra, con células madres adultas, que no matan a nadie, se están consiguiendo curar un sinfín de enfermedades.

Y como son células del propio donante, no provocan rechazo. Las células madre adultas son las que promueve la Iglesia; las embrionarias, son las que promueve la progresía enemiga jurada del hombre.

De hecho, Religión en Libertad destaca que el negocio de la masacre de embriones ha sido un fiasco. Y no sólo eso: observen esta interesante página norteamericana que resume las investigaciones que se están realizando en el mundo: la utilización de células madre embrionarias no han sido desechadas por inmorales sino por inútiles... pero han sido desechadas.

Y ahora, el señor Bernat Soria, ese gran investigador de vanguardia del Zapaterismo, ¿consiguió curar a alguien? No, por supuesto, aunque sí obtuvo el cargo de ministro del Reino de España. ¿Y se ha retractado doña Elena Salgado, autora de las dos leyes nazis del Gobierno Zapatero -reforma de la FIV, de donde proceden todos los embriones, y ley de investigación biomédica- que ofrecía barra libre a todo tipo de desaprensivos?

No, pero se espera a cada instante. ¿Y qué me dicen del Barack Obama, cuya primera iniciativa como presidente, con campañas de imagen adjunta, fue ofrecer a la "investigación científica" todos los embriones humanos sobrante el fecundación asistida, el gran invento para cosificar a la persona?

¿Ha rectificado? Por supuesto que no.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com