"Órgano censor". Con estas dos rotundas palabras ha definido el prestigioso World Press Freedom Committee (Comité Mundial de Libertad de Prensa) al polémico CAC, el Consejo Audiovisual de Cataluña, establecido por el Gobierno autonómico para controlar los medios que emiten en Cataluña.
Sin duda, la existencia de este "órgano censor" es una vergüenza y un ataque a las libertades. Y además ahora sabemos que sus diez consejeros colocados a dedo se van a repartir este año 1.5 millones de euros y están cobrando un sueldo superior al del presidente del Gobierno.
¿Cómo es posible justificar estas desorbitadas cantidades? ¿Es mayor la responsabilidad de un consejero del CAC que la del presidente del Gobierno que dirige todo un país? Por lo que se ve, ser censor en Cataluña es un oficio muy bien pagado.
Juan Sánchez Manrubia